Análisis de las principales experiencias participativas acometidas en los municipios españoles

AutorJuan Calvo Vérgez
Cargo del AutorProfesor Titular de Derecho Financiero y Tributario, Universidad de Extremadura
Páginas297-412
XVIII. ANÁLISIS DE LAS PRINCIPALES
EXPERIENCIAS PARTICIPATIVAS ACOMETIDAS
EN LOS MUNICIPIOS ESPAÑOLES
1. CONSIDERACIONES GENERALES
En líneas generales, la práctica totalidad de las experiencias de Presu-
puestos Participativos acometidas en nuestro país presentan un carácter muy
reciente y se encuadran dentro de la actual fase de expansión y diversifica-
ción de estos Presupuestos en la que nos encontramos. Concretamente las
más antiguas son las de Córdoba, Albacete, Cabezas de San Juan y Rubí228,
y las más recientes las de Getafe, San Sebastián, Puente Genil, Algete, Jerez
de la Frontera, Sevilla, Puerto Real y Petrer, entre otros municipios.
De entrada conviene dejar claro que para que todas estas experiencias
se consoliden y fortalezcan en el tiempo, más allá del voluntarismo político
existente y del protagonismo que pueda adquirir el movimiento ciudadano,
se hace necesaria la concienciación ciudadana del interés del proceso y de
los beneficios que les aporta. Y, a tal efecto, resulta esencial potenciar la
perspectiva educativa de los Presupuestos Participativos.
228 Debe precisarse no obstante que en este municipio tuvo lugar una paralización del
proceso al cambiar el mapa político en las elecciones municipales de 2003. Véase en este
sentido BLANCO, I., “Presupuestos Participativos en Rubí: innovación, límites y retos de
una experiencia pionera”, en la obra colectiva Jornadas sobre participación ciudadana “Tú
decides”, Ayuntamiento de Jerez de la Frontera, 29-31 de octubre, 2003, pág. 11.
Juan Calvo Vérgez
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Basta un somero análisis de todas estas experiencias participativas
para constatar que, al igual que ha sucedido en otros países, también en el
presente caso surgen diferencias entre las mismas. Dichas diferencias se
plasman en las distintas variables susceptibles de ser empleadas de cara a
su configuración. Una de estas variables es, por ejemplo, la relativa a las
formas de participación existentes en el proceso de elaboración del Presu-
puesto Participativo, susceptibles de quedar reducidas a dos.
Al amparo de una primera, todos los ciudadanos tendrían derecho a
participar directamente en las asambleas, así como a votar y ser elegido
representante, controlando de este modo directamente el proceso. En cam-
bio, adoptándose una segunda forma de participación, de carácter indirecto,
serían las organizaciones sociales las que participarían y decidirían en las
reuniones, resultando el ciudadano representado a través de ellas a pesar de
que no actúa directamente y tampoco controla el proceso.
Pues bien, entre estos dos modelos se sitúan las formas de participa-
ción en los Presupuestos Participativos, siendo el modelo adoptado en la
mayoría de las experiencias españolas de carácter mixto, fundamentado en
la actuación de las asociaciones pero caracterizado al mismo tiempo por
una ampliación de las discusiones presupuestarias hacia el conjunto de la
ciudadanía.229
Una segunda variable susceptible igualmente de ser tomada en consi-
deración a este respecto sería la relativa al poder de decisión existente en
relación al Presupuesto. Sin lugar a dudas, la fuerza real que puedan llegar
a adquirir ciudadanos en la aprobación del Presupuesto constituye un fac-
229 Probablemente haya sido la experiencia de Albacete la que haya otorgado un papel menor
a los ciudadanos individuales. Un ejemplo de ello lo constituyó la aprobación por la Asamblea
del Foro, el 24 de abril de 2004, del Reglamento del Foro de Participación de Albacete, dentro
del cual se hacía referencia en varios artículos al papel de los ciudadanos individuales. Por su
parte la experiencia llevada a cabo en el municipio de Algete posibilitó la participación, tanto
de los ciudadanos que vivían allí como de los que tenían en el citado municipio su segunda
residencia, pudiendo participar desde los dieciséis años (véase, en este sentido, CALLES, J. A.
Y PINEDA, C., “Participación en los gobiernos locales de la Comunidad de Madrid: ayudas y
subvenciones a las asociaciones”, Ponencia presentada en el V Congreso de Ciencia Política y
de la Administración, Tenerife, 2001, pág. 54). Esta suele ser la edad f‌i jada en la gran mayoría
de las experiencias acometidas a lo largo de los últimos tiempos. Así, por ejemplo, Sevilla
también permite participar en sus Asambleas de Zona a todos los ciudadanos mayores de 16
años que residan en dicha zona o que tengan en ella su actividad comercial o laboral principal.
Lo mismo sucede en los caso de Petrer, Puerto Real y Getafe.
La experiencia de los presupuestos participativos en los entes locales 299
tor de notable importancia. A tal efecto, en todas las experiencias llevadas
a cabo en nuestro país han sido los representantes electos quienes han
aprobado el Presupuesto municipal, no llegándose a cuestionar en ningún
momento la democracia representativa y siendo los respectivos concejales
de los municipios quienes han aprobado el Presupuesto preparado de forma
participativa.
Queremos referirnos a continuación, como tercera gran variable, al
órgano de decisión del Presupuesto Participativo. A priori existirían dos
grandes alternativas de cara a la configuración de dicho órgano. Una pri-
mera (muy utilizada en las distintas experiencias brasileñas) consistiría en
crear un nuevo órgano con un poder central destinado a fijar y elaborar las
pautas que hayan de seguirse en el desarrollo de estos Presupuestos, las
cuales quedarían recogidas en un Reglamento Interno, finalizando el pro-
ceso presupuestario antes de su entrega al Pleno Municipal. Y una segunda
alternativa, construida a partir de estructuras o de políticas preexistentes,
las cuales integrarían el Presupuesto Participativo en sus actividades.
A este respecto en la práctica totalidad de las experiencias españolas se
ha procedido a la creación de un nuevo órgano central, variando no obstante
su denominación en cada una de ellas. Así, por ejemplo, en Córdoba se
denominó “Asamblea de la ciudad”, en Albacete “Foro de Participación”,
en los municipios de Rubí, Puente Genil, Algete, Getafe, Puerto Real y
Sevilla “Consejo de la Ciudad”, en Jerez de la Frontera “Observatorio de
la Ciudad”, en Petrer “Mesa de Ciudad”, etc.
Una vez que el Presupuesto Participativo ha sido objeto de aprobación
se inicia la denominada etapa de seguimiento y control social, ubicada
dentro de su fase de ejecución y en relación con la cual se producen igual-
mente diferencias cualitativas fundamentales en la forma de su conclusión.
En este sentido, el hecho de que sean los propios ciudadanos (a través de
distintas modalidades de actuación que varían de unos municipios a otros)
y no el Gobierno local los que lleven a cabo el seguimiento y el control de
la ejecución del Presupuesto contribuye a poner de manifiesto hasta qué
grado éstos tienen capacidad de decisión, amén de si han hecho o no uso
de esa capacidad.
Son varias las experiencias participativas españolas en las que se alude a
esta necesidad de articular un mecanismo de seguimiento y de control. Así,

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