Introducción

AutorTatiana Cucurull Poblet
Páginas23-28

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La disciplina de la empresa familiar, y en concreto la materia del protocolo familiar, ha dado lugar a numerosos pronunciamientos doctrinales en el ámbito del Derecho. Sin embargo, a pesar de la importancia que este tipo de entidades tiene sobre la economía de un país, puesto que representan un porcentaje muy elevado respecto del total, no existe una legislación específica que regule sus necesidades.

Este tipo de empresas se diferencian del resto, como bien indica su nombre, por su componente "familiar". Tal atribución caracteriza su esencia y peculiaridad, como, a su vez, las dificultades que sufren. Tanto por su organización, la forma de relacionarse internamente, cuanto por su cultura y fines, dista mucho de las demás. Aquí subyace la necesidad de tratarlas de una forma concreta y diferenciada.

En la actualidad, no existe ningún texto legal que defina de una manera clara e inequívoca qué debe entenderse por empresa familiar. Por ello, se examina de manera separada los dos conceptos que la componen: empresa y familia, estableciendo los parámetros que delimitan su ámbito de aplicación a través del análisis de los distintos estudios realizados por la doctrina. Igualmente se conjugan las normas que, de alguna forma, se refieren a ellas. En especial, la normativa tributaria, que ha creado una serie de incentivos fiscales para favorecer su continuidad, consciente de su alto índice de fracaso, sobre todo en el momento de su transmisión.

La falta de unanimidad en la definición de empresa familiar por parte de la doctrina es consecuencia directa de su indefinición legal. Esta situación provoca que deban adaptarse a la legislación existente conforme a su formajurídica. De este modo, carecen de una regulación suficiente para solventar los conflictos que surgen de la combinación de los valores de la familia y la entidad propios de este tipo de organizaciones.

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El núcleo central de este trabajo se centra en la transmisión intergeneracional de las empresas familiares, trance que supone el principal motivo de su desaparición. Todo fundador desea que a su fallecimiento la empresa continúe en funcionamiento con la misma filosofía, y baj o el control y dirección de algún miembro de su familia, preferiblemente de un descendiente directo. Sin embargo, conciliar la relación entre empresa y familia no siempre resulta sencillo. Los problemas propios que derivan de esta situación, conducen a realizar un análisis detallado del denominado protocolo familiar. Este documento, propio de tal tipo de entidades, tiene por objeto la satisfacción de las necesidades específicas no cubiertas por la legislación. Aun así, debido a su escasa eficacia jurídica, no ha sido una herramienta muy utilizada por esta clase de organizaciones.

La Comunicación de la Comisión Europea sobre la transmisión de las pequeñas y medianas empresas de 7 de diciembre de 1994, alertó de la necesidad de utilizar esta figura como medio imprescindible para favorecer su continuidad. Pero fue a través del Informe de la Ponencia de estudio para la problemática de la empresa, y posteriormente con la Ley 7/2003, de 1 de abril, de la sociedad limitada Nueva Empresa, actualmente derogada, cuando vuelve a resurgir en España. Esta norma traslada la responsabilidad de su desarrollo a un posterior reglamento, que desemboca años más...

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