Influencia de la ansiedad en el rendimiento del futbolista

AutorMiguel-Tobal, F./Navlet Salvatierra, Mª.R./Martín Díaz, Mª.D./Ramos Álvarez, J.J./Legido Arce, J.C./Legido Díez, J.C.
Páginas133-166

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Introducción

El carácter multidisciplinar que las ciencias del deporte ha ido asumiendo en las últimas décadas se debe a la gran proliferación de estudios e investigaciones que tienen como objetivo común la búsqueda y análisis de los factores que afectan a la práctica y desarrollo del mismo; siendo éste una actividad tan antigua como el hombre.

Un ejemplo de ello son las investigaciones referidas a la competición deportiva que se remontan a finales del siglo pasado. La mayoría de ellas sostenían que el principal factor responsable de estas interacciones sociales o confrontaciones deportivas, era la consecución de un objetivo previamente determinado, como es el obtener una recompensa (Tripett, 1898).

No obstante, el concepto de deporte comprende la realización de diversas actividades competitivas. En numerosas ocasiones se ha intentado globalizar la práctica de estas actividades competitivas bajo el término "deporte" dando lugar a unahomegeneización de las mismas y, por tanto, dando a entender que son actividades que obedecen a un propósito de sujeto.

Actualmente este criterio está fuera de la realidad y numerosos profesionales se han volcado en la clasificación de los deportes, estableciendo sus elementos de unión y manteniendo sus elementos, diseñando programas de entrenamiento que abarcan diferentes campos de actuación: técnico, táctico, físico y psicológico (Riera, 1985; Keller, 1992; García Manso, Navarro y Ruiz, 1996).

La tarea de clasificar los diferentes tipos de deporte es delicada, pues muchos de ellas se realizan en función de diferentes criterios y como consecuencia, en las últimas décadas se ha visto la necesidad de aunar los criterios que contemplen las características de los mismos, así como las formas sociales de interacción, los tipos de situación de orientación y de enseñanza-aprendizaje acordes con la edad, la motivación, las capacidades, el sexo y los intereses personales de sus participantes, sin olvidar las exigencias de cada deporte, en función de la categoría y nivel deportivo que presenta el deportista (Bar-ker, Sukhiy White, 1999; Papaioannou y Kouli, 1999).

Al igual que otras ciencias del deporte, la Psicología del deporte ha desarrollado numerosos trabajos de investigación que tienen un objetivo común, la clasificación de los

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diferentes tipos de deportes. Una de las clasificaciones más innovadoras es la propuesta por Parlebas (1976) y como señala Hernández (1994), la principal característica que nos ofrece es la de considerar a toda situación motriz como un sistema de interacción global entre un sujeto actuante, el entorno físico y el/los otros participantes eventuales. Parlebas (1976) parte de tres variables para clasificar cualquier actividad física: presencia o ausencia de compañero, presencia o ausencia de adversario y presencia o ausencia de un entorno inestable. Con la combinación de los criterios anteriores, el autor establece dos grandes grupos de actividades físicas y deportivas y ocho categorías; a los grandes grupos les denomina psicomotrices, aquellos en los que el individuo actúa en solitario, y so-ciomotrices, en los que el individuo actúa con otro u otros, como es el caso de fútbol.

En esta misma dirección Riera (1985) propone otra clasificación y establece cuatro grandes grupos: tareas sin oposición ni colaboración; tareas sin oposición pero con colaboración; tareas con oposición y sin colaboración; y la que realmente tiene interés para el deporte objeto de estudio en este libro, tareas con oposición y con colaboración, en la cual la oposición entre los miembros del equipo permite oponerse a la colaboración del equipo contrario, por lo que las acciones individuales quedan enmascaradas y condicionadas por las de los compañeros y contrincantes.

Así pues, es importante analizar los factores físicos, técnicos, tácticos y psicológicos que se derivan de las interacciones de los diferentes miembros del equipo y la forma que cada deportista tiene para afrontarlas, sin olvidar las exigencias socio-ambientales a las que está sometida esta disciplina deportiva.

Otro dato a tener en cuenta en el estudio diferencial de los deportes es el objetivo de la práctica de deportiva. Gómez, De Diego y De las Heras (1993, pag. 99), establecen cuatro expresiones diferentes de actividad física, en las que ésta es el medio para conseguir fines distintos, y en las que el juego y el deporte se expresan de forma diferente.

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En este capítulo nos centraremos en el estudio de las variables que afectan al rendimiento competitivo en la alta competición, para ello no debemos descuidar, como señala

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Riera (1985), la influencia de cinco grupos que intervienen y que se relacionan entre sí, afectando de forma decisiva la buena consecución de una práctica deportiva y en concreto el fútbol, dadas las características sociomotrices que posee este deporte.

Estos grupos son los siguientes:

• Deportes individuales o de equipo. Representan el colectivo a través del cual se proyecta el trabajo propio y de un equipo. Son las personas que se enfrentan a la situación de competición y los que reciben, por tanto, los refuerzos, y también los castigos propios y ajenos.

• Técnicos (médicos, preparadores físicos, expertos en nutrición, psicológicos, etc) y muy especialmente los entrenadores, que constituyen el colectivo representativo a la vez de los "mandos intermedios" en deporte y de los supuestamente expertos de cuantas ciencias se aplican al rendimiento deportivo (De Diego y Sagredo, 1992).

• Arbitros, que juzgan la ejecución de los deportistas y arbitran entre diferentes deportistas en el terrero de juego, basándose en unas reglas pre-establecidas. La objetividad y control de variables psicológicas se hacen imprescindibles para el buen desarrollo de la actividad deportiva.

• Entidades deportivas tales como las federaciones, clubes, etc., mediatizadas por dos objetivos diferentes: deportivos y de rentabilidad, y que tanto intervienen en factores que afectan directamente a deportistas y entrenadores tales como la cuantía de la contratación, la permanencia en una entidad, el tipo de expectativas que se tienen con respecto a los retos deportivos, la filosofía que rige la entidad, etc.

• Espectadores, aficionados, periodistas y demás personas que, con su profesión o empleo del tiempo libre, dan cuerpo a lo que se denomina espectáculo deportivo.

En esta misma línea Mariano Coca (1995) establece dos tipos de problemas que pueden influir en el desarrollo de esta práctica deportiva, y que desde nuestro punto de vista interactúan entre sí.

• Los problemas personales, que se derivan directamente de sus futbolistas como seres humanos y como jugadores, por ejemplo, su estado físico, sus cualidades técnicas, su concepto táctico del juego, sus respuestas fisiológicas, su mundo de valores y de opiniones, sus decisiones, sus ideas, etc.

• Los circunstanciales, que se derivan de las distintas y plurales situaciones del fútbol, por ejemplo, cómo transcurre la competición, características de los equipos que en ella participan, los campos de juego, los viajes que se realizan a lo largo del año, las concentraciones, el planteamiento y desarrollo de las sesiones de entrenamiento, etc.

Así pues observamos como en la práctica deportiva y en concreto, el deportista se enfrenta a una serie de factores físicos, tácticos, técnicos y psicológicos que pueden obstaculizar el rendimiento deportivo. Por ejemplo, la dificultad del aprendizaje de una destreza física, la mejora de un patrón de actividad motriz, o bien, la ejecución o modificación de la misma en un momento puntual del ejercicio o del juego.

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Otro tipo de obstáculo físico es la presencia de una lesión deportiva, o del desequilibrio en las constantes vitales del deportista producidos por un sobreentrenamiento, etc.

Las variables psicológicas que pueden afectar al rendimiento deportivo son la ansiedad, la falta de motivación, la pérdida de la atención, la falta de autoconfianza, etc. (Schwenkmezger y Laux, 1986; Bird y Cripe, 1986). Considerar de forma aislada los factores físicos, técnicos, tácticos, socio-ambientales y psicológicos, anteriormente citados, sería un error dado la gran interacción existente entre ellos. Por ejemplo un fallo táctico, como un pase inadecuado de balón, o una mala ejecución de tiro, supondría una pérdida de la atención en el juego, una alteración del estado emocional, como la presencia de ansiedad, una disminución en la autoconfianza, lo que repercutiría decisivamente en el rendimiento del jugador, y en su defecto en el rendimiento del equipo.

1. Conceptualización de la ansiedad

El concepto de ansiedad ha ido variando a lo largo de los años en la literatura científica, de la mano de las distintas corrientes psicológicas que conforman esta disciplina científica. La aparición del término ansiedad nos remonta al año 1747, en la obra Exploración sobre el...

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