Homicidio y sus formas
| Autor | Carlos Blanco Lozano |
| Cargo del Autor | Doctor en Derecho Penal. Universidad de Sevilla |
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II, 1989.
TÍTULO I HOMICIDIO Y SUS FORMAS
I. CONSIDERACIONES GENERALES
Bajo la rúbrica Del homicidio y sus formas1, nuestro legislador comienza el relato de los comportamientos delictivos en el vigente Código penal de 1995.
Las figuras que se integran en dicho Título I2 no son otras que las siguientes:
-
Homicidio.
-
Asesinato.
-
Inducción y cooperación al suicidio.
II. BIEN JURÍDICO PROTEGIDO
El bien jurídico tutelado en tales delitos es la vida humana independiente3.
Articula de este modo el Derecho penal una básica salvaguarda de un derecho fundamental cual es el proclamado del siguiente tenor en nuestra Constitución:
“Todos tienen derecho a la vida (...)”4.
En consecuencia, como señala COBO DEL ROSAL, lo que aquí “la ley pretende es evitar la causación de un resultado material determinado, cual es la muerte de una persona física viva”5.
III. HOMICIDIO
1. Regulación
Según establece nuestro Código:
“El que matare a otro será castigado, como reo de homicidio, con la pena de prisión de diez a quince años”6.
2. Sujetos
-
Sujeto activo
Sujeto activo del delito de homicidio puede serlo cualquier persona, ya que la fórmula típica se encabeza bajo el genérico el que... Se trata, por tanto, de un delito común.
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Sujeto pasivo
Será sujeto pasivo del homicidio la persona contra cuya vida se atenta.
3. Objeto material
El objeto material del homicidio es, por tanto, la persona física viva7.
Se plantea, en tal sentido, el problema de determinar los límites temporales dentro de los cuales nos hallamos ante tal objeto material.
En cuanto al límite máximo, es aquel que determina la frontera entre la vida y la muerte. De este modo, cualquier atentado contra un cadáver no será típico por homicidio al faltar el objeto material, hallándonos en consecuencia ante un delito imposible ya que no se puede matar a un fallecido.
Establece sobre la cuestión el RD 2070/19998, por el que se regulan las actividades de obtención y utilización clínica de órganos y tejidos y la coordinación territorial en materia de donación y transplante de órganos humanos9:
“La muerte del individuo podrá certificarse tras la confirmación del cese irreversible de las funciones cardiorrespiratorias o del cese irreversible de las funciones encefálicas. Será registrada como hora de fallecimiento del paciente la hora en que se completó el diagnóstico de la muerte”10.
Los dos criterios, pues, que la legislación sanitaria establece alternativamente en cuanto determinantes del fallecimiento de la persona son:
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-
El cese irreversible de las funciones cardiorrespiratorias.
-
El cese irreversible de las funciones encefálicas.
En cuanto al límite mínimo, marca la frontera entre la vida humana independiente y la vida humana dependiente, o lo que es lo mismo, entre la persona nacida y el feto, de manera que en un caso nos hallaremos ante un homicidio o asesinato, mientras que en otro lo haremos ante un delito de aborto .
Los criterios que ha venido ofreciendo la doctrina sobre este complejo particular son diversos.
Así, para STAMPA BRAUN, el momento determinante del nacimiento de la persona, a estos efectos, ha de ser el de la expulsión del claustro materno12.
Otros autores, como QUINTANO RIPOLLÉS, venían...
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