Guía de dirección de producción para un emprendedor

AutorMarta Fossas Olalla
CargoReal Centro Universitario «Escorial-María Cristina» San Lorenzo del Escorial
Páginas487-514

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I Introducción

Cuando una persona o un grupo de personas ha decidido iniciar un proyecto emprendedor, se ve inmerso en un proceso que requiere conocer aspectos tan dispares como trámites administrativos, aspectos legales, contables, fiscales, tecnológicos, financieros...

Este artículo trata de facilitar dicha tarea aportando una guía relativa a las principales decisiones que se deben tomar en cuanto al área de producción de la empresa.

No debemos caer en el error de pensar que estas decisiones sobre producción son únicamente necesarias cuando creamos una empresa dedicada a la fabricación de bienes, sino que debemos considerar que son decisiones necesarias con independencia de nuestra actividad. Toda empresa, sea de manufactura, de logística, de restauración, de ocio,... tiene un sistema dedicado a producir bienes o a prestar servicios.

En primer lugar, vamos a empezar dando una visión general del sistema de producción de la empresa, matizando los elementos que lo componen.

A continuación, trataremos de detallar cada paso a seguir cuando empecemos a tomar decisiones en este ámbito. Para ello, empezaremos estudiando los diferentes objetivos que podría ayudarnos a alcanzar el área de producción de la empresa.

Tras haber decidido el objetivo estratégico de producción, tendremos que tomar todas aquellas decisiones que nos permitirán alcanzarlo. Decisiones que tendrán que adoptarse tanto a nivel estratégico como táctico.

II El sistema de producción

Podemos definir el sistema de producción de la empresa como un sistema de transformación de inputs en outputs, cuyo objetivo principal Page 488 es la creación de valor. El sistema de producción debe ser capaz de crear valor al cliente, para que esté dispuesto a adquirir el output generado por dicho sistema en vez de comprar los diferentes inputs y transformarlos él mismo.

En la definición anterior identificamos tres elementos fundamentales que vamos a desarrollar: inputs, transformación, output.

Los inputs son los elementos que introducimos en el sistema, y se clasifican en dos categorías. Por un lado, los inputs transformadores: personal y maquinaria. Por otro lado, inputs transformables, que incluyen: materiales, información y clientes. Generalmente, cada sistema de producción transforma principalmente un tipo de input (Cuadro 1).

Cuadro 1

Ejemplos de operaciones según input transformable

Operaciones en las que se transforman inputs materiales Operaciones en las que se procesa información Operaciones en las que se procesa a los clientes
Fabricación y manufactura Analistas financieros Hoteles
Agricultura Investigaciones mercado Hospitales
Minería Empresas de telecomunicaciones Transporte de viajeros
Venta al por menor Cines y teatros
Grandes almacenes Servicios de noticias Parques de atracciones
Servicios postales Centros de investigación Peluquerías
Compañías de transporte
Bancos

Fuente: Elaboración propia

Sobre los inputs transformables se pueden realizar diferentes tipos de transformación, como son:

* Física, química o psíquica (una fábrica, una peluquería, un hospital).

* Informativa (una agencia de noticias, un centro de investigación).

* Transaccional (una agencia inmobiliaria, un supermercado).

* Espacial (unas líneas aéreas, una empresa de mudanzas).

* Temporal (una base de datos, un guardamuebles).

Como resultado de dicha transformación, obtenemos los outputs, que pueden ser tanto bienes como servicios. Lo más habitual es que Page 489 cualquier sistema de transformación genere ambos tipos, siendo cada vez más difícil encontrar sistemas que generen bienes puros o servicios puros. Por ejemplo, un ensamblador de automóviles genera bienes (coches) y servicios (financiación, garantía…) asociados; y un hospital genera un servicio (atención al paciente) con bienes añadidos (resultados de pruebas, radiografías...).

De esta manera, pretendemos resaltar que cualquier empresa, con independencia de su tamaño, localización, sector. tiene un sistema de producción a dirigir. Ahora bien, habrá que tener en cuenta las diferencias existentes entre los bienes y los servicios a la hora de tomar decisiones sobre los mismos. Dichas diferencias aparecen recogidas en el Cuadro 2.

Cuadro 2 Diferencias entre bienes y servicios

Bien Servicio
Tangible Intangible
Almacenable No almacenable
Transportable No transportable
Producción precede al consumo Producción y consumo simultáneos
Bajo contacto con el cliente Alto contacto con el cliente
Calidad evidente Calidad difícil de juzgar, por influir multitud de aspectos

Fuente: Elaboración Propia

La toma de decisiones en el ámbito de producción debe comenzar por la fijación del objetivo estratégico de producción, para a continuación tomar todas aquellas decisiones tanto de tipo estratégico como de tipo táctico que permitan alcanzar dicho objetivo.

III Objetivos estratégicos del sistema de producción

Tradicionalmente el sistema de producción ha perseguido el objetivo coste; sin embargo, poco a poco se ha ido detectando que dicho Page 490 sistema puede lograr otros objetivos tales como calidad, flexibilidad, entregas o servicio al cliente.

La empresa debe definir un objetivo a perseguir, aunque habiendo alcanzado el nivel deseado, puede pasar a perseguir otro objetivo sobre la base del anterior. Esta idea es recogida por los enfoques secuenciales planteados por Ferdows y De Meyer (1990).

El sistema de producción puede perseguir los objetivos de coste, calidad, flexibilidad, entrega y servicio al cliente. A medida que se consigue un objetivo, se puede pasar a otro. El logro de un objetivo concreto sólo constituirá ventaja competitiva si implica superar en una cierta dimensión a las empresas competidoras.

3.1. Coste

El coste expresa el valor monetario de los bienes y servicios consumidos por la empresa en el desarrollo de su actividad. Se debe buscar su reducción sin disminuir la calidad, lo cual se puede lograr aprovechando mejor los recursos existentes sin inversión, o realizando inversiones que mejoren la tecnología y se puedan generar economías de alcance o escala.

Para que la empresa pueda hacer un seguimiento del logro de este objetivo, tiene a su disposición un indicador: la productividad. La productividad mide, para un cierto periodo de tiempo, la relación entre la productividad obtenida y la cantidad de factor(es) empleado(s) para obtenerla (Domínguez Machuca, 1995).

En cuanto a este indicador hay que resolver ciertas cuestiones. En primer lugar, si se va a medir en unidades físicas, o en unidades económicas. Si se mide en unidades físicas, la relación debe tender a uno, para que se trate de reducir todo lo posible las mermas o defectos. Si se mide en unidades económicas, debe ser mayor que uno, pues significaría que se está creando valor.

Además, hay que decidir si se incluye en el denominador todos los factores (productividad total), varios factores (multifactorial) o un solo factor (parcial) (Waters, 1991). Lo más usual es utilizar la productividad parcial bien con el factor maquinaria bien con el factor personal. Page 491

3.2. Calidad

La Sociedad Americana de Control de Calidad (American Society of Quality Control) define la calidad como el conjunto de características de un producto, proceso o servicio, que le confieren la aptitud para satisfacer las necesidades del usuario.

Por tanto, un producto cumplirá este objetivo si satisface las necesidades del cliente. Como podemos ver, calidad no es sinónimo de evitar fallos. La reducción de defectos debe ser inherente al sistema de producción con independencia del objetivo a lograr.

De esta forma, observamos que se hace imprescindible conocer lo que desea el cliente, para así diseñar, fabricar y entregárselo. Este proceso no es sencillo, y en cada fase se puede ir creando o perdiendo calidad, lo cual da lugar a la distinción de cuatro tipos de calidad:

* Calidad de concepción: mide la intersección entre las características solicitadas por el cliente y las características plasmadas en el diseño.

* Calidad de concordancia: mide la intersección entre las características plasmadas en el diseño y las características del producto fabricado.

* Calidad de entrega: mide la intersección entre las características del producto fabricado y las características del producto entregado.

* Calidad de servicio: mide la intersección entre las características del producto entregado y las características solicitadas por el cliente.

La empresa debe perseguir la calidad total, esto es, la intersección entre las características solicitadas por el cliente, las características plasmadas en el proyecto, las características del producto fabricado y las características del producto entregado. En consecuencia, se debe lograr que coincidan los cuatros grupos de características.

Actualmente, se va más allá, y se debe intentar no sólo cumplir exactamente con las expectativas del cliente, sino diseñar, fabricar y entregar algo más de lo que solicita. Esta es la actual definición de...

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