Mi fa vergogna

AutorEduard Sagarra
CargoPresidente de Naciones Unidas en España y abogado

Ciertamente me siento avergonzado por la posición y política seguida por los Ministros y Jefes de Estado de la mayoría de los Estados miembros de la Unión Europea cuando abordan, con un sentido mercantilista, el drama humano cotidiano de miles de desplazados y refugiados transportados por las mafias en lo que va de año. De nuevo el Consejo de Ministros de los 28 ha fracasado en la reunión del 20 de julio 2015 celebrada para repartir y reubicar los más de 40.000 refugiados llegados a “ la tierra prometida” por tierra mar y aire.

Una gran mayoría de estos solicitantes de asilo o refugio, arribaron a las costas de Grecia, Italia y España. Evidentemente no pueden entrar dentro de este cómputo los muertos y ahogados, durante los seis primeros meses de este año, en el eufemísticamente llamado “ Mare Nostrum“, al que pronto deberemos de denominar “Cementerium Nostrum”.

El papa Francisco I exclamó con lágrimas en los ojos, al visitar Lampedusa hace ya más de un año y ante los ataúdes allí depositados en un polígono deportivo, “mi fa vergogna”. Me atrevo a insinuar que el concepto ”vergüenza”, no debe ser el mismo cuando los jefes de Estado y primeros ministros europeos intentan rechazar las cuotas acordadas de las personas perseguidas o que huyen de las guerras.

La Unión Europea no tiene presentes los pilares que han dado lugar a su fundación en defensa de los derechos humanos , al gestionar los derechos de los asilados y refugiados, provenientes de guerras, dictaduras, regímenes corruptos, de Siria o Irak, y de los “no-Estados” como Libia. Nos sorprende que los Estados debatan meses y meses el reparto de cuotas de aquellos refugiados que nadie quiere, entre otras cosas porque no dan votos. Al contrario, fomentan actitudes xenófobas o racistas en su electorado i ciudadanía.

Algunos Estados de la Unión, entre ellos España, regatean y pretenden esperar a “las rebajas de refugiados ” para no asumir sus obligaciones, mientras otros, como Hungría o Austria, ni tan solo aceptan una pequeñísima cuota de acogida en la nueva reubicación.

España acogerá a solo 1.300 refugiados de los 4.288 que tenía asignados inicialmente. Los más generosos son, por ahora, Alemania y Francia con 10.500 y 6.752, respectivamente. Reino Unido, Austria, Hungría o Dinamarca en este reasentamiento no han aceptado ningún refugiado más. Incluso Hungría está levantando muros (no vallas como en Ceuta y Melilla) para evitar la entrada de emigrantes y refugiados por su frontera sur y...

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