Las cualidades del líder, Editorial Paidós, Colección Estado y Sociedad. Barcelona, 2011, pp. 240(Recensión: Ignacio Martín Granados)

AutorIgnacio Martín Granados
CargoPolitólogo
Páginas327-331

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¿Qué cualidades debe tener un líder para lograr el éxito, ya sea en los negocios o en la política? Esa es la respuesta principal que trata de responder nuestro autor en el libro que ocupa esta recensión.

Joseph S. Nye Jr. es Profesor de Gobierno y Decano de la Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard. En Washington ha ejercido las funciones de presidente del Consejo Nacional de Seguridad, Subsecretario de Estado y Secretario adjunto de Defensa bajo la administración del Presidente Clinton, organismos que, posterior-mente, han reconocido su labor con la concesión de condecoraciones por servicios distinguidos. En España puede que su nombre le suene al lector porque publica ar tícu los de opinión con cierta asiduidad en medios de comunicación como El País. Es ampliamente reconocido como uno de los pensadores liberales más destacados en política exterior, y es visto por algunos como el oponente al conocido conservador de la Universidad de Harvard Samuel P. Huntington. En 2005, Nye fue votado como uno de los diez investigadores más influyentes de las relaciones internacionales en los EE. UU y, en 2008, la encuesta TRIP realizada entre
1.700 estudiantes de relaciones internacionales lo ubicó como el sexto erudito más influyente de los últimos veinte años, y el más influyente en la política exterior de Estados Unidos.

El profesor Nye es una referencia en asuntos de Relaciones Internacionales. Acuñó el término “poder blando” en la década de 1980 y apareció por primera vez en amplio uso después de un artícu lo que escribió en Foreign Policy en la década de 1990. Posteriormente, su noción de “poder inteligente” también se hizo popular con el uso de esta frase por miembros de la Administración Clinton, y más recientemente, la Administración Obama.

En el libro que nos ocupa, para definir las cualidades del líder, abordará dichos conceptos defendiendo para las relaciones internacionales una combinación de los poderes “duro” (poder militar y económico) y “blando” (poder cultural), cuya suma califica de “poder inteligente”. A lo largo del libro tratará de demostrar lo que califica de “inteligencia contextual”, es decir, la capacidad de un líder para saber combinar, en función del contexto, el poder duro o el poder blando.

El libro está estructurado en un prólogo, cinco capítulos, un apéndice a modo de resumen, y otros tres apartados de notas, bibliografía e índice analítico y de nombres, ya que una de las características de esta obra es la profusión de datos y referencias con 400 notas y una abundante documentación (23 páginas de bibliografía). Aunque ésta se trata de una mera estructura formal puesto que el libro

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aborda múltiples ideas con un guión que a veces cuesta seguir debido a la profusión de pensamientos que Nye explaya a lo largo de sus páginas.

Joseph S. Nye Jr. abre el prólogo justificando la oportunidad del libro afirmando que dos terceras partes de los estadounidenses, y no sólo ellos, dicen que su país sufre una “crisis de liderazgo”: desconfían de sus dirigentes políticos, universitarios, en la empresa o los medios de comunicación. En el mundo actual el poder y el liderazgo están cambiando. El liderazgo supone poder, pero no todas las relaciones de poder suponen liderazgo. La relación entre el poder duro y el poder blando con el liderazgo, del que existen hasta 221 definiciones, es el objeto del libro.

En el primer capítulo, “Liderazgo”, examina a través de seis epígrafes la ubicuidad del término en los grupos y organizaciones a lo largo del tiempo, abordando la importancia de los líderes en la historia. El autor parte del reconocimiento a la idea de que el liderazgo está cambiando, las jerarquías son cada vez más horizontales y se integran en redes fluidas de contactos, lo que los teóricos del liderazgo califican de “compartido” y “distribuido”. Es un estilo que algunos autores denominan “liderazgo femenino”, ya que éste es definido como colaborador, participativo e integrador, dispuesto a aceptar y adoptar la conducta de los seguidores frente al liderazgo masculino más firme, competitivo, auto-ritario y centrado en dirigir la conducta de los demás.

La actual desconfianza hacia los líderes, nos comenta Nye, no es nueva. De hecho, hace tres décadas los expertos ya se preguntaban qué había sido de ellos, algo que explica arguyendo varios estudios que afirman que la gente suele juzgar mejor a los líderes fallecidos que a los vivos. Continua reflexionando el autor sobre este asunto para preguntarse sobre si son realmente importantes a...

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