Editorial

AutorDimitris Kyriakou

En el número anterior presentábamos una definición de competitividad basada en el concepto de sociedades atractivas. Dicha definición sugería que la competitividad marca a las sociedades que generan y cultivan entidades económicas (desde individuos a grandes empresas), las cuales pueden florecer y actuar con éxito en los mercados y hacia las cuales se siente atraído el capital humano (y otras formas de capital). La competitividad supone sociedades atractivas en las que vivir, trabajar e invertir.

Desde luego se han propuesto también otras definiciones más tradicionales. Una de ellas, la de la OCDE, dice así: la competitividad se refiere a la capacidad de las empresas, las industrias y las regiones, las naciones o las regiones supranacionales para generar niveles de ingresos y de empleo relativamente altos y sostenibles, mientras están y permanecen expuestas a la competencia internacional.

El énfasis recae en la elevación de los niveles de vida y en la competencia en los mercados internacionales. Como el crecimiento de la productividad es clave para elevar los niveles de vida, se ha suscitado la crítica de que competitividad es, en realidad, un modo indirecto de designar la productividad. La productividad -y los indicadores estadísticos relacionados- puede explicar una gran parte del fenómeno de la competitividad (y por eso hablaremos de tales indicadores más adelante). Sin embargo, la productividad no completa el cuadro en nuestra definición de competitividad, que es más amplia y orientada al futuro, ni tampoco en otras más tradicionales.

Aunque la apertura conduce a ganancias generales, la distribución de dichas ganancias es desigual. Según los patrones de acumulación de capital (humano y de otro tipo), influidos a su vez por el comercio, los países pueden entrar en procesos de crecimiento, mayores o menores.

Una hipótesis fundamental, en el campo de la economía, es que no hay altruismo ni envidia, es decir, cada uno se preocupa de su propio bienestar y no del de los demás. Otra hipótesis implícita es que las consideraciones extra-económicas, tales como los conflictos (políticos o incluso militares) se supone que quedan fuera del análisis. De este modo se pierde una relación política crucial: las ganancias económicas influyen sobre el poderío de un país (político, militar, etc.) y sobre su capacidad de usarlo para obligar o disuadir a otros. Una vez que aparecen los conflictos, la distribución de las ganancias se convierte una una preocupación muy razonable.

En resumen: hay al menos tres razones en virtud de las cuales la dimensión internacional hace que la competitividad refleje preocupaciones reales, convirtiéndola en algo más que un seudónimo del crecimiento de la productividad. Primero: la capacidad de competir con éxito y rentabilidad está relacionada con la obtención de ventajas comparativas, con la acumulación de capital (humano y de otro tipo) y con la probabilidad de entrar en procesos de crecimiento, mayores o menores. Segundo: si hay posibilidades de conflicto, son importantes la capacidad de competir y la distribución de las ganancias. Tercero: si se supone que no hay altruismo ni envidia, también es importante la distribución de las ganancias. (Nótese que suavizar esta suposición llevaría a modelos en los que todos los bienes son bienes públicos, haciendo que la intervención del gobierno sea probable y justificada en más casos, y que el análisis de las negociaciones tipo Coase sea aún más importante; para más datos sobre esto, véase el editorial del nº 28 de The IPTS Report, de octubre de 1998).

Y no hay que olvidar, y debemos señalarlo aquí, la opinión de algunos expertos, como Jacquemin y Pench, expresada en el Informe del Grupo Asesor sobre Competitividad de 1997: incluso para quienes tienen las responsabilidades político-económicas o sobre los patrones de crecimiento antes citadas (así como para todo el mundo), la situación empeoraría si se socavasen las interacciones positivas que promueve la apertura económica.

--------------------------------------------------------------------------------

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR