La dinastía hispánica y el Derecho

AutorAlfonso Suárez
CargoReal Centro Universitario «Escorial-María Cristina» San Lorenzo del Escorial
Páginas265-303

Page 265

Quid dignum memorare tuis, Hispania, terris uox humana ualet?...

Principibus fecundapiis: tibi saecula debent Traianum...1

I Marco Ulpio Trajano

La ancianidad de Nerva, unida a su falta de descendencia, permite juzgar su elección como un compás de espera en el que diversos grupos de poder se disputaron la sucesión de la dinastía Flavia. Se trataba, en definitiva, de elegir a un candidato capaz de mantener la participación del Senado en el gobierno del Estado y con el suficiente prestigio militar para impedir cualquier veleidad por parte de otros políticos acostumbrados, ya desde antiguo, a utilizar las legiones en beneficio propio.

La sublevación pretoriana fue el argumento definitivo, porque si inicialmente se urgía el castigo de los ejecutores del asesinato de Domiciano, es fácil suponer cuáles habían de ser sus siguientes pretensiones, encaminadas, sin duda, a la venganza sobre todos aquellos senadores que habían colaborado, activa o pasivamente, en tal suceso. No de otro modo lo entiende Plinio, que ve en el peligro que corren la Patria y la República la razón suprema capaz de mover a Trajano a aceptar la defensa de todos 2. La humillación a la que se vio sometido Nerva y el riesgo que corrió el Estado merecieron la pena, toda vez que «el príncipe fue obligado a matar a aquellos que no quería matar, para que diera un príncipe que no pudiera ser coaccionado»3.

En tales circunstancias, los Padres de la Patria tuvieron que recurrir a uno de los suyos que, además, pueda ser visto como propio Page 266 también por las legiones exteriores, únicas que pueden resistir y silenciar, sin esfuerzo, la presión pretoriana. Los candidatos no son abundantes y, entre ellos, dos senatoriales de origen hispánico, Nigrino y Trajano poseían sobrados méritos, entre los que no era el menor, precisamente, su origen.

De Marco Cornelio Nigrino, en el Corpus Inscriptionum Latinarum, puede leerse, entre otras cosas, las siguientes:

CIL 02-14, 00124 = 02, 03788 = AE 1973, 0283 = IREdeta 007.

[M(arco) Cornelio] M(arci) f(ilio) Ga[l(eria) Nigrino] / [Curiatio Ma]terno co(n)[s(uli) 3] / [3 trib(uno) mi]l(itum) leg(ionis) XIIII ge[minae adlecto] / [inter praetorios a]b Imp(eratore) Caesar[e Vespasiano Aug(usto)] / e[t Tit]o Imp(eratore) Caesare A[u]g(usti) f(ilio) ab eis prae[3]/libus emendandis leg(ato) Aug(usti) leg(ionis) VIII Au[gust(ae) leg(ato) Aug(usti) pro pr(aetore)] / provinc(iae) Aquitania leg(ato) pro pr(aetore) M[oesiae donato bello Da]/cico co[ro]nis mura[l]ibus duabus et [coronis vallaribus du]/abus e[t coro]nis classic[is] duabus et coro[nis aureis duabus hastis] / [puris octo vexillis oc]to leg(ato) Aug(usti) pro [pr(aetore) provinc(iae) Syriae]

Se trata, como puede deducirse de esos datos, de un ciudadano importante y con experiencia. Había nacido en Edeta, junto al Turia, en esa Hispania Citerior de la que Plinio el Joven afirma que es una provincia de conocido peso político 4, detalle que no conviene olvidar a la hora de juzgar el porqué de un hispano como heredero de Nerva. Desde los años 94/95 hasta el año 975, Claudio Nigrino fue legado augusto pro praetore de la provincia de Siria. A partir de ese momento, y como consecuencia de su derrota como candidato al Imperio, desaparece de la escena política.

En cuanto a Trajano, es inevitable remontarse a su padre para entender su ascensión, que no es, desde luego, producto del azar ni de la casualidad, como con alguna frecuencia se ha venido afirmando.

Marco Ulpio Trajano, el Viejo, había nacido en torno al año 27 en Itálica, en el seno de una familia que, al parecer, aunque llevaba bastante tiempo asentada en la Bética, no había alcanzado, hasta él, Page 267 el orden senatorial, lo que le hace decir a Eutropio, al referirse a los orígenes del futuro emperador, que pertenecía a una familia más antigua que ilustre 6. Pues bien, con él se abrió la gloria para todos, con una carrera de honor extraordinaria, no siempre fácil de fechar.

Lo cierto es que, cuando en el año 66 se produce el levantamiento de la nación judía, Nerón, después de una corta espera y a la vista de cómo se presentan los acontecimientos, decide poner a Vespasiano al frente de la provincia de Siria, a la que pertenecía Palestina; es entonces cuando Trajano, como legado de la legión X Fretensis, interviene en su sometimiento. Su actuación es impecable, desde todos los puntos de vista, por lo que podemos juzgar a través de Flavio Josefo.

Vencedor Trajano en Jafa, en tierras de Galilea, «envió mensajeros a Vespasiano con la petición de que le enviara a su hijo Tito para coronar la victoria» 7, como así ocurrió durante el mes de junio del año 67. Este gesto manifiesta la fidelidad de Trajano hacia su jefe, fidelidad entendida en el mejor sentido que la palabra tiene, pero también en el más estricto: la fides como vínculo extrajurídico de lealtad basado en el honor del ciudadano que le obliga a quien, en ese momento, está por encima de él en la representación del Estado, con conciencia de que no perjudica a nadie con mejor derecho. Así lo debió entender Vespasiano, que algo más de veinte años antes, había hecho lo propio como legado de legión, a las órdenes de Claudio, en la campaña de Britania, con ocasión de la conquista de Camulodonum 8. Por esta conquista se le concedió el triunfo en Roma, en el desfile del año 44. Este gesto de Trajano es importante, tal como se desarrollaron los acontecimientos, para entender el cursus honoris del itálico y, a su sombra, la imparable ascensión de su hijo.

Está también presente Trajano durante la entrada triunfal de Vespasiano en Sennabris, puesto que fue enviado allí para averiguar si los judíos querían la paz 9. Marcha, a continuación, a reforzar la situación de Tito ante la ciudad de Tariquea, que es conquistada en septiembre del mismo año, y en la campaña del año siguiente acude Page 268 con el ejercito de Perea, después de haber sometido los territorios del otro lado del Jordán, para reunirse con Vespasiano ante la ciudad de Jericó10. Estos hechos ocurrían en mayo del año 68, cuando ya Julio Vindice, gobernador de la Galia Lugdunense se había sublevado contra Nerón y había pedido a Galba, legado de la Tarraconense desde el año 60, que asumiera la dirección del levantamiento. Así lo hizo Galba, que tras la muerte de Nerón el 9 de junio fue proclamado emperador en Roma, proclamación que fue aceptada también por Vespasiano que mandó a su hijo Tito como embajador, para ponerse a las órdenes del nuevo príncipe 11, dejando, entre tanto, en suspenso las acciones de guerra. Finalmente, los acontecimientos se precipitan: el 15 de enero del año 69 Galba es asesinado por Otón, el gobernador de la Lusitania, que antes le había apoyado; el 17 de abril muere Otón y conquista el poder Vitelio que muere a su vez en diciembre de ese mismo año, derrotado por las tropas leales a Vespasiano, que había sido proclamado emperador a principios de julio.

Pues bien, durante todo ese intensísimo año 69 se desconocía cuál pudo ser la actividad de Trajano, hasta que en 1997, en el valle de Jezreel, apareció un miliario perteneciente a la uia Caesaria Marítima - Scythopolis - Pela - Gerasa, fechado entre julio del 69 y principios del 70, que lleva hasta esas fechas la legación legionaria de Trajano12. Esta vía discurría a más de 100 Kms. de distancia, al norte de Jerusalén. Por otro lado, es notorio que no participa en la conquista de Jerusalén, porque aunque el dato seguro es la reunión que el 28 de agosto del año 70 tiene Tito con todos sus jefes, en la que aparece como legado de la décima legión Larcio Lépido, un senador joven, sin experiencia militar13, hay síntomas claros del cambio muchos meses antes, derivados del comportamiento de la legión, que hace sospechar una jefatura menos competente. En efecto, cuando estos soldados llegan, procedentes de Jericó, acampan «a seis estadios de Jerusalén (algo más de 1.100 mts.), en el llamado monte de los olivos, que se alzaba frente a la ciudad en su parte oriental, y que estaba separado de ella por un profundo barranco conocido por el nombre de Cedrón» 14; pues bien, allí la legión, mientras trabajaba en el atrincheramiento de su posición, es sorprendida por los judíos, Page 269 que la ponen en fuga15. No es un argumento irrefutable, pero me cuesta mucho creer que una situación así pudiera darse bajo el mando de un jefe tan curtido como Trajano.

Sigue en pie, no obstante, averiguar el motivo por el que Trajano fue relevado del mando de la décima legión en plena guerra, suceso grave que ha hecho suponer a Alfóldy que Trajano debió resultar herido en la campaña16. Tampoco sería descabellado pensar que se le hubiera encomendado alguna otra misión de confianza, dada su probada lealtad a los Flavios, pero, en todo caso, no hay ningún dato cierto.

Como tampoco hay seguridad al intentar fechar el año de su consulado por más que la opinión dominante sea que fue elegido cónsul suffectus en el año 7017. Sin embargo, sigue siendo una opción tentadora pensar que la recompensa inmediata, por causa de la campaña judía y por el apoyo a Vespasiano, fuera el proconsulado de la Bética, del que Trajano se siente muy orgulloso, como se desprende de su inscripción en el Ninfeo, y que sería además un magnífico lugar para una posible convalecencia, dadas las características de esa provincia18. Si esto fuese así, habría que retrasar el consulado hasta el año 71 o el 72. Debo de decir, sin embargo, que mayoritariamente se defiende que el proconsulado de la Bética tuvo lugar antes de la guerra judía, en torno al año 65, sin que haya, de momento, datos más firmes en los que basarse19. Eso sí, en este juego de posibilidades, Caballos Rufino 20, siguiendo la opinión de Ronald Syme, propone que Trajano habría sido puesto al frente de la nueva provincia de Cappa...

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