La dimensión histórica (III): la protección a la familia como parte integrante de los sistemas de seguridad social

AutorÓscar Buenaga Ceballos
Cargo del AutorLicenciado en Derecho por la Universidad de Cantabria
Páginas121-136
CAPÍTULO VI.
LA DIMENSIÓN HISTÓRICA (III): LA PROTECCIÓN
A LA FAMILIA COMO PARTE INTEGRANTE DE LOS
SISTEMAS DE SEGURIDAD SOCIAL
1. LA PROTECCIÓN A LA FAMILIA EN EL INFORME DE LORD BEVE-
RIDGE
En el Informe que Lord BEVERIDGE presentó en 1942 como consecuencia de la
investigación realizada sobre los sistemas existentes de seguros social y servicios a nes,
se exponía un Plan de Seguridad Social que debía asumir una determinada política social
en tres grandes supuestos: las asignaciones por los hijos, los servicios universales de salud
y rehabilitación y el del mantenimiento del empleo. BEVERIDGE señaló que no se puede
plantear ningún sistema de seguridad social satisfactorio sin estos tres supuestos206.
Respecto de las asignaciones por los hijos, BEVERIDGE señala que debe realizarse un
plan general de asignaciones infantiles, de modo que se haga una provisión directa para el
mantenimiento de los hijos dependientes mediante el pago de asignaciones a aquéllos que
sean responsables de su cuidado207. Las razones argüidas por BEVERIDGE para la existen-
cia de tales asignaciones se re eren en primer lugar a la existencia de un ingreso mínimo
nacional para las familias de todos los tamaños, el cual no debe ser articulado técnicamente
a través del sistema salarial, que “ha de basarse en el producto del trabajo de la persona y
no en el tamaño de la familia”208, lo que muestra una clara oposición de BEVERIDGE a la
técnica del salario familiar. En segundo lugar, BEVERIDGE se re ere a razones natalistas,
diciendo expresamente que “con su actual tasa reproductiva la raza británica no puede
continuar; han de hallarse medios para invertir la corriente actual de la tasa de natalidad”209,
si bien es consciente de que las asignaciones infantiles no van a hacer que los padres que no
desean tener hijos los tengan, aunque sí que ayudarán a que los padres que deseen más hijos
puedan traerlos al mundo sin perjudicar la suerte de los que ya han nacido, además de ser
206 BEVERIDGE, W. H., Social Insurance and Allied Services (1942), epíg. 301. Para el presente trabajo
utilizamos la traducción realizada bajo el título Seguro Social y servicios a nes, MTSS, 1989, Madrid, indicando
que las citas del autor se harán a los epígrafes de la obra y no a las páginas.
207 Ob. cit., epig. 410.
208 Ob. cit., epig. 411.
209 Ob. cit., epig. 413.
Oscar Buenaga Ceballos
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“un símbolo del interés nacional por los hijos”210. En tercer lugar, las asignaciones infantiles
contribuyen a un mejor cuidado de los niños y en este aspecto han de ser contempladas como
una ayuda a los padres para hacer frente a sus responsabilidades; desde este punto de vista,
las “asignaciones infantiles han de ser vistas como una expresión del interés directo de la
comunidad por los niños”211.
BEVERIDGE señala una serie de sugerencias sobre la forma práctica en que las asig-
naciones infantiles deben articularse técnicamente por la Seguridad Social. Como puntos
principales que han de plantearse, establece los siguientes: la fuente a cuyo cargo han de
hacerse los pagos, la escala de las asignaciones, los niños por los que han de ser pagadas y
la autoridad que debería administrarlas.
En cuanto a la nanciación de las asignaciones infantiles, BEVERIDGE se decanta
porque no deberían ser contributivas, dándose todas con cargo a los impuestos generales.
De esta manera, el coste de las asignaciones se proporciona por el Estado y no con cargo
a las cotizaciones al seguro. BEVERIDGE propone un reparto de la carga nanciera de la
familia entre el Estado y los padres, ya que propone que el primer hijo de cada familia quede
fuera de las asignaciones cuando el padre responsable esté percibiendo ingresos. Solamente
percibiría asignación por el primer hijo cuando no obtuviese dichos ingresos y se añadiría
a la prestación de desempleo, incapacidad y tutela212. BEVERIDGE propone incluso que el
coste de esta asignación por el primer hijo “puede muy bien ser cargado sobre el Fondo de
Seguro Social, del mismo modo que el costo de las asignaciones infantiles dadas ahora en
el seguro de desempleo se carga al Fondo de Desempleo”213.
En cuanto a la escala de las asignaciones infantiles, esto es, la determinación de su
cuantía, BEVERIDGE incide en una cuestión importante cual es la de que “las asignaciones
infantiles deberían ser vistas sólo como una ayuda a los padres y no como algo que les exima
por completo de la carga de su responsabilidad nanciera. (…) el costo del mantenimiento de
los hijos debe ser compartido entre los padres y la comunidad”214. Mas adelante dirá también
que “el principio de política social ha de ser no quitar las responsabilidades a los padres,
sino ayudarles a entender y a atender a sus responsabilidades215. Es decir, la nalidad de las
asignaciones infantiles no ha de ser la de compensar las cargas familiares en su totalidad,
de modo que se produzca una equiparación entre las personas que tengan hijos a su cargo y
las que no los tengan, sino que simplemente deben ayudar a la crianza de los hijos. Por otro
lado, BEVERIDGE se muestra partidario de no jar una cuantía igual para cada hijo, sino
que a medida que aumente el tamaño de la familia, la asignación aumentará216, lo cual hace
que “las asignaciones sean más efectivas para prevenir la indigencia y aumenta cualquier
in uencia que puedan tener a la hora de estimular familias más numerosas”217. De esta ma-
nera, propone no dar asignación por el primer hijo –siempre que el padre responsable esté
210 Ob. cit., epig. 413.
211 Ob. cit., epig. 415.
212 Ob. cit., epig. 415; también epig. 419.
213 Ob. cit., epig. 415.
214 Ob. cit., epig. 417.
215 Ob. cit., epig. 421.
216 Ob. cit., epig. 419.
217 Ob. cit., epig. 417.

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