Otras cuestiones

AutorAlfonso Serrano Gómez
Páginas123-133

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1. Situación científica de la Universidad

Severo Ochoa decía de nuestra deficiente actividad científica285: "En España aún hoy se fomenta y promueve escasamente la investigación"286. No es necesario profundizar en esta cuestión. Ya sabemos que nuestro país no ocupa ningún lugar privilegiado en el panorama internacional universitario. Solo una de nuestras universidades aparece entre las doscientas primeras287. Nunca hemos sido un país con una loable vocación

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investigadora. Unamuno, al respecto, pronunció: "Que inventen ellos"288.

La falta de investigación le supone a España un gasto importante al tener que importar tecnología289; somos deficitarios en patentes290. Ningún gobierno se ha preocupado de fomentar "seriamente" la investigación. Buena parte del presupuesto cae en manos de equipos incompetentes que nunca llegan a rentabilizar el proyecto.

Hay mucha investigación desordenada que no tiene ningún impacto en el desarrollo (I+D). Son tiempo y medios prácticamente perdidos. En cuanto a la excelencia hay quien dice que se reduce a "acciones de personas o grupos"291. Son muchas las universidades españolas que han alcanzado el status de

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Campus de Excelencia Internacional, aunque vienen teniendo problemas económicos para desarrollar sus proyectos292. Nos

faltan universidades de excelencia.293En la universidad, "cumplido el horario lectivo", cada cual es libre de hacer lo que quiera pues no hay controles, es que quiere investiga y el que no dedica su tiempo a otros menesteres. No obstante, son muchos los que cumplen, pero como ya se apuntó, y debido al sistema endogámico de la selección del profesorado, hay algunos que es mejor que no investiguen.

La comisión de expertos dice que "La primera condición para mejorar la calidad del Sistema Universitario Español es reconocer que es muy insuficiente"294.

El plagio. En Alemania, los medios nos mostraron cómo dos de sus ministros, el de Defensa295y la de Educación296, dimitían al ser acusados de plagio en sus tesis doctorales.

En España este tipo de actos no se sancionan. Se sabe que un ministro alteró su currículum atribuyéndose méritos inexistentes, y, como es natural, no pasó absolutamente nada. La vice-presidenta de una comunidad autónoma se autolicenciaba en Psicología cuando le faltaban dos asignaturas para terminar297.

No dimitió ni tuvo ninguna consecuencia política. También

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podíamos hablar de las tesis tan deficientes de parte de los que ahora ocupan puestos de profesores permanentes, que ni llegaron a publicarse298.

2. Plan Bolonia

Nunca un sistema universitario ha causado tanta polémica y debates como el Plan Bolonia. Hay que indicar que en la Universidad der Bolonia no se aplica este Plan. Fue una cues-tión política299a la que se resistieron profesores300, estudiantes301, Universidades302y algunos profesionales303.

Todo se puso patas arriba304. En España nos incorporamos sin apenas habernos preparado, a pesar de que la

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Declaración era de 1999305. Este plan no lleva a ninguna parte306.

El plan afecta significativamente a la formación de los estudiantes. Las licenciaturas se reducen de cinco a cuatro años incrementándose el número de materias en cada curso. Se recortan los contenidos que obligan a que los textos queden casi como unos simples apuntes. Al final deben cursarse 240 créditos, un 20% menos que en la etapa anterior. En algunos casos, las materias básicas, obligatorias, se cursan con solo la mitad de los créditos307. Y este es el Plan que ha seguido adelante308.

Acortar en un año las carreras produce sin duda una debilitación de los conocimientos, y los estudiantes sufrirán esta carencia cuando empiecen a ejercer sus profesiones. La situación se agravará ante la reforma legal que permite reducirlas otro año más, es decir, grados de tres años, con 180 créditos, aunque se complementen con uno o dos másteres.

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En una carrera como Derecho se pone en tela de juicio que sólo se necesiten cuatro años para prepararse como abogados (en Alemania, Francia e Italia se mantienen cinco) o procuradores. Por ello se exige la superación de unas pruebas de amplio contenido para poder incorporarse a esas profesiones309. En principio realizan un master posterior. Este sistema de acceso ha sido criticado en cuanto que no existe ese control en otros licenciados para ejercer una profesión310. En la carrera de Derecho311, como en otras muchas, lo que se enseña en la universidad es insuficiente para ejercer una profesión, así como por la deficiente formación que se recibe en las universidades312.

En general la Universidad no ofrece toda la preparación necesaria para ejercer una profesión, a pesar de lo que dispone la Ley Orgánica de Universidades313y el real decreto que regula los

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estudios universitarios de grado314. En algunas carreras, podrían ser suficientes cuatro años de formación, pero en casi todas el licenciado o graduado necesitará un complemento práctico-profesional cuando salga de la Universidad, como hoy ocurre con los MIR, especialización necesaria después de la licenciatura315 de Medicina.

La cantidad de trámites, documentos y burocracia que crea el Plan Bolonia entorpece el normal funcionamiento de las universidades316. Sus órganos rectores se ven inundados de multitud de cargos y minicargos, que suelen buscarse como méritos para las acreditaciones y posteriores concursos de promoción que se han puesto en marcha.

El peso de la Universidad española no debe dejarse en manos de las autonomías317. La enseñanza universitaria tiene que depender del Estado. Esta cesión ha entorpecido la calidad de la enseñanza porque cada centro se ha ocupado de su profesorado y no han sido lo suficientemente competentes como para

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dar una buena formación a los estudiantes. Con Bolonia se han implantado nuevos grados318con unas mínimas previsiones de adaptación del profesorado y sin pensar en el futuro profesional de los graduados319.

3. Nuevos grados y planes de estudios

En los nuevos grados a veces se busca favorecer antes al profesor que a los estudiantes. Con la autonomía universitaria, cada facultad o escuela ha diseñado su plan según sus conveniencias. En su confección, priman los intereses del profesorado, en detrimento de los de los estudiantes. Se introducen a capricho nuevas materias que a veces poco se identifican con el grado, por no hablar de las distinciones de la misma carrera entre una universidad y otra, o la asignatura, cursada en varias universidades, y con créditos diferentes. Este problema se va a volver a plantear en la Universidades donde se implanten grados de tres años.

4. Función de la Universidad

La función principal de la Universidad es la de enseñar, sin olvidar la investigación y la formación profesional320. Para trasmitir conocimientos es necesario tener profesorado competente,

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dispuesto a participar en la formación de los estudiantes, especialmente en la preparación para su futuro o, en su caso, dedicarse a la investigación.

Es necesario que la Universidad aporte la base para emprender la vida laboral, que variará según el tipo de estudios. La formación se completará con el ejercicio de una profesión. Con profesionales poco competentes los ciudadanos sufrirán las consecuencias cuando tengan que recurrir a un médico, economista, abogado, etc.321.

También los estudiantes han de colaborar con el esfuerzo de sus profesores, fortaleciendo su vocación por el estudio, afán por saber y aprender, leer obras científicas y formativas, asistir a clase, etc. Sin embargo, cada vez son más los estudiantes que pierden su interés por todos estos principios. En realidad muchos pasan de la Universidad322; no se encuentran motivados.

Recuperar todos estos valores no es nada fácil. Las perspectivas de encontrar trabajo a corto plazo son complicadas. La estructura de la Universidad se tambalea323, y deben ser sus docentes e investigadores, parte fundamental del sistema, los más interesados en levantarla, sin olvidar los buenos estudiantes.

El futuro de la Universidad es poco prometedor324, a corto y medio plazo. Pese a todo, la Universidad continuará con todos sus problemas hacia adelante, aunque sea pequeña esa parte de profesores y estudiantes en los que se pueda confiar.

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5. Sociedad y Universidad

Tampoco parece preocuparle demasiado a la...

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