Conclusión: Babel

AutorAlfonso Serrano Maíllo
Cargo del AutorDoctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid
Páginas379-387

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La presente monografía ha tenido dos objetivos fundamentales: evaluar empíricamente algunas hipótesis nucleares de la teoría general del delito; y llevarlo a cabo con unos medios limitados. Los resultados han arrojado evidencia favorable a la teoría en un contexto socio-cultural bastante distinto de aquel en que fue originariamente propuesta; y, además, alientan la posibilidad de estudios empíricos, si no en general, sí en algunos ámbitos de interés criminológico con muestras pequeñas.

Este segundo objetivo puede ser importante si abre las puertas a la investigación empírica en un país como el nuestro -y los países de habla hispana en general- donde los recursos no sólo escasean sino que también se distribuyen siguiendo un sesgo extracientífico, derivado sobre todo de una corrupción que es campante. Una vez establecidas sus posibilidades, es menester insistir en las serias limitaciones de investigaciones (cuantitativas) a partir de pocas observaciones. Pueden mencionarse algunas de ellas desde un punto de vista analítico y con la mirada puesta en nuestra concreta investigación. El análisis de componentes principales presenta particularidades y complicaciones cuando se realiza con muestras pequeñas1; el tamaño de los modelos, esto es de su número de variables, está limitado por el de observaciones2; las estimaciones tenderán a ser poco precisas3; al menos algunas asunciones del método de los mínimos cuadrados ordinarios se vuelven difíciles de evaluar o se convierten en problemáticas y exigen, en todo caso, una comprobación exhaustiva4; métodos robustos funcionan de modo más eficiente con enes elevadas5; la imputación múltiple de datos perdidos también es más consistente en el caso de

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muestras grandes, y existen algunas consideraciones respecto de las pequeñas6. Por supuesto, no nos guía aquí ningún ánimo de exhaustividad. Más bien este elenco invita a extremar las cautelas en la investigación empírica cuantitativa con muestras limitadas y confirma la conveniencia de maximizar la dedicación analítica, lo cual puede consumir mucho tiempo y energía. En efecto, no puede insistirse lo suficiente en que no es aconsejable utilizar muestras pequeñas o incluso medianas como regla general7.

Tomando en consideración, entonces, las posibilidades y límites de nuestra investigación, lo cierto es que la misma arroja evidencia favorable a nuestra teoría que puede calificarse de sólida y robusta: cuando hemos regresado delincuencia sobre autocontrol, las pruebas de una relación estadísticamente significativa, controlando por otras variables importantes, se han revelado abrumadoras. Como comenzó advirtiéndose, la vocación de la presente investigación era mucho menos la originalidad que la replicación de estudios que han testado la teoría del autocontrol en escenarios socio-culturales más o menos distintos del español. En nuestro estudio, entonces, el autocontrol es un claro predictor de la delincuencia. Sin embargo, el efecto de otras variables, en particular de las derivadas de la teoría del aprendizaje, sigue manifestándose de modo nítido. La cuestión de las contingencias, así las cosas, se presenta como un reto importante para la teoría general del delito -y como vimos y vamos a repetir, aquí se ha afrontado desde una doble perspectiva teórica y empírica.

Como se señaló, las contingencias evocan lo que no es ni necesario ni imposible, circunstancias que no son fundamentales o esenciales, cosas que pueden ocurrir o no. Nótese que nuestra argumentación se refiere, única y exclusivamente, a contingencias relacionadas con variables derivadas de teorías muy importantes y que han aparecido en diversas replicaciones, como es el caso de las del aprendizaje. Esto es que la postura

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aquí adoptada no debería extenderse alegremente a otras situaciones en las que, probablemente, más bien no existe apoyo empírico para las hipótesis de que se trate o incluso se incurre en errores de especificación más o menos burdos. A mi modo de ver y como acabo de adelantar, la cuestión tiene aspectos tanto empíricos como teóricos. Desde la perspectiva empírica puede traerse a colación, como se dijo en nuestra discusión, la colinialidad; o los problemas derivados del omnipresente error de medición en ciencias humanas y sociales. A nivel teórico, de momento no se han encontrado vías plausibles o al menos compartidas por una generalidad de criminólogos de extensión teórica o de integración entre enfoques que parecen incompatibles entre sí por sus asunciones y sus hipótesis. Que puedan encontrarse en el futuro no es algo descartable, pero ahora mismo lo que un observador concienzudo percibe es una legión de estudios con conclusiones a menudo semejantes hasta el aburrimiento: el autocontrol predice la delincuencia y, a la vez, variables de lo más heterogéneo figuran como contingencias; mientras que los autores mencionan, por lo general sin mayor profundización, la estrategia de la integración8.

Es menester, en todo caso, señalar problemas de más hondo calado. Las ciencias humanas y sociales se encuentran inmersas en profundos cambios. A pesar del enorme despliegue de esfuerzos personales y financieros a nivel comparado, lo cierto es que el desarrollo de nuestra disciplina más bien está resultando decepcionante. Así lo expresa el recientemente desaparecido Bernard junto a Snipes: «la investigación criminológica ha tendido a un millón de modestos, pequeños estudios que producen un millón de pequeños hallazgos en conflicto»9. Aquí probablemente desempeñan un papel cuestiones generales

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como la influencia de elementos ideológicos, interesados, de deseabilidad social, etc., esto es extracientíficos de todo tipo; o la falta de fidelidad al racionalismo crítico -en parte relacionado con los procesos de individualización contemporáneos-, en el sentido de que las investigaciones no construyen sobre las anteriores. Decisivos como son estos factores, parece que serán muy difíciles de corregir al menos a corto plazo.

Otras dificultades, sin embargo, no sólo es posible que puedan mejorarse con mayor celeridad y sencillez, sino que ya es posible observar movimientos en una línea crítica con algunas prácticas actuales y oferente de alternativas prometedoras. Elementos básicos de la investigación empírica como el muestreo, el pretest de los cuestionarios, la estimación a priori de la potencia estadística, la validez y fiabilidad de los instrumentos utilizados, el tratamiento de los datos perdidos, la comprobación...

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