De la 'compensación moral' en el Franquismo a la actual función social de las FAS

AutorDra. Olga Paz Torres
Cargo del AutorHistoria del Derecho y de las Instituciones. Universidad Autónoma de Barcelona
Páginas55-77

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1 Presentación

Siendo amplias las direcciones que presenta la investigación sobre la acción social -históricamente es mejor referirse a labor o función social-, y que se exploran desde diferentes ámbitos y perspectivas, aquí se acota la parte referida al recorrido histórico de la acción social en el ejército desde sus manifestaciones, como mecanismos básicos de compensación, en los años del régimen franquista.

El planteamiento se ha realizado a través del colectivo social de los militares, más allá del colectivo profesional Esto es, el presente estudio toma como referentes el contexto social singular del sistema militar y su interrelación con la esfera civil La importancia que los

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diferentes resultados historiográficos han concedido al sistema militar ha quedado plasma-da en una extensa bibliografía1.

Aun siendo inevitable en cualquier resumen de encuadre la generalización es necesario advertir que, cuando se habla de acción social desde una perspectiva histórica, no se pretende obviar el hecho de que aquélla expresión se manifiesta de manera diluida e incipiente en la primera parte de este capítulo Menos aún sugerir que fueran mecanismos de acción social perfectamente pensados desde las instituciones Son aspectos que no competen directamente a este estudio La intención es señalar el proceso de reformas militares, acaecidas en sus elementales presupuestos, en el ámbito de la entonces llamada "función social del ejército".

En la función o labor social del ejército, especialmente centrada en los inicios en el ámbito formativo del soldado, subyace la positiva repercusión y aprovechamiento por parte de toda la sociedad civil, una vez el soldado regresa del servicio militar Las diversas facetas en las cuales se proyecta la función social tienen como última ratio la aplicación en la vida civil Las siguientes palabras de Francisco Bogas Illescas, Capitán de infantería, lo ponen de manifiesto: "Cuando llegue la hora de devolverlos [a los soldados] a sus labores cotidianas, hacerlo de tal forma que sean mejores ciudadanos, en los terrenos moral, físico, cultural y profesional"2.

Este artículo plantea los orígenes de la acción social en las Fuerzas Armadas en España -en adelante, FAS-, aspecto que está directamente relacionado con las vicisitudes propias de la profesión militar Sin necesidad de remontarnos a los inicios de la institución, el marco contemporáneo muestra el conjunto de prerrogativas y privilegios sociales con los que cuenta el ejército y que carecía el resto de la sociedad Las FAS se caracterizan por un fuerte paternalismo: en general, tiene lugar un esfuerzo gubernamental, que se constata en el franquismo, por satisfacer a los militares en aras a compensar los logros bélicos realizados por parte del bando sublevado en julio de 1936.

Se va a hacer un especial detenimiento en la comparación entre la situación considerada de privilegio, que implicaba el franquismo especialmente en las primeras épocas, y el estado actual de la misma, en que la principal caracteristica es la equiparación a los servicios sociales generales

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2 Privilegios históricos de la carrera militar

Históricamente, los soldados han contado con una serie de privilegios más allá de la carrera, unas veces obtenidos por el rey, otras obtenidos por ellos mismos, por la propia amenaza de su fuerza3Como apunta Payne: "El cuerpo de oficiales estaba exento del pago de una gran cantidad de impuestos al consumo que gravaban a los españoles. Los economatos militares disponían de alimentos en abundancia y de otros productos a precios comparativamente reducidos en unos momentos en que muchos artículos de uso corriente no se encontraban en el mercado legal"4.

Uno de los lugares comunes más recurrentes en el análisis de los ejércitos es la referencia a su falta de imbricación social, esto es el aislamiento de los militares respecto de su entorno social Busquets considera tal circunstancia como una constante común de todas aquellas sociedades en las que aparece el militar de carrera o el ejército profesional5Esta circunstancia provoca a su vez un desconocimiento general, cuando no un rechazo directo a la institución.

Las causas del citado rechazo, en un pasado reciente, pueden situarse en los siguientes extremos:.

· La consideración del Ejército como columna vertebral del régimen franquista.

· La atribución a la Jurisdicción militar de amplias competencias desde los inicios del franquismo6En relación a este punto, la Ley de Responsabilidades Políticas de 9 de febrero de 1939, expone que "los Tribunales encargados de imponer las sanciones estarán compuestos por representantes del Ejército, de la Magistratura y de la Falange" Quienes van a tener más peso en la depuración de responsabilidades políticas, con el amplísimo margen que esta expresión abarca como sabemos, serán los militares, a pesar del teórico equilibrio entre el partido falangista y el ejército7.

· La correspondiente invasión de la jurisdicción militar y muestra de la dictadura para construir un "Estado de Derecho"8

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· La militarización de las fuerzas del orden público El uso del ejército como controlador del orden público puede considerarse el factor que, de manera más clara, tiende a consolidar la identificación del ejército con los sectores conservadores de la sociedad española Se trata de una tendencia iniciada con Cánovas del Castillo en la Restauración y que de manera patente va a manifestarse durante el franquismo.

Esta situación no hace más que confirmar una tendencia histórica que tiene sus raices en el siglo XIX, cuando se potencia la función del ejército de defensa del orden público a la vez que se desmarca del sistema político y de la sociedad en su conjunto, por dos causas fundamentales, ampliamente estudiadas, y que vale la pena recordar:.

· La animadversión hacia lo militar se acentuaba en las zonas urbanas, especial-mente en aquellas regiones con un mayor desarrollo económico, en las que las actividades industriales iban acompañadas de la aparición de las organizaciones obreras, contra las cuales se utilizaba precisamente el ejército en tanto que mantenedor del orden público.

· Una segunda causa del rechazo histórico de nuestra sociedad hacia el ejército lo encontramos precisamente en estas mismas zonas industrializadas en las que surgen con fuerza los movimientos regionalistas, que ponen en peligro uno de los principios intangibles de la ideología militar: la unidad de la patria.

Se trata de dos motivos importantes para que sectores decisivos de la sociedad de finales del último tercio del siglo XIX (trabajadores y regionalistas) vean al ejército como el brazo armado y conservador del Estado Lo cierto es que de manera simultánea, parte de la sociedad decimonónica adulaba al ejército, y la parte opuesta era profundamente antimilitar Sin olvidar que se trata de una institución muy visible en la sociedad, por sus propias características, como lo vemos en la siguiente afirmación del ex militar e historiador, Gabriel Cardona: "Son la organización piramidal por excelencia. Suelen estar muy erotizados y requieren la presencia visible o invisible de un jefe (...). Es fundamental en los ejércitos el propio sistema de visión del mundo. La cosmovisión militar se apoya en un sistema de símbolos, ritos, mitos y tradiciones que son sagrados"9..

Estas consideraciones históricas ayudan a entender que en la actualidad los gobiernos democráticos se esfuerzan en aumentar la integración del ejército en la sociedad, pero sigue siendo patente el aislamiento: el sociólogo americano experto en organizaciones y control social, Morris Janowitz, se ha referido a este aislamiento, aludiendo al carácter cerrado de la comunidad militar10.

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Esa interrelación que tiene lugar entre la vida profesional y la que podríamos considerar como vida familiar o privada fomenta el carácter cerrado de la comunidad castrense ("La comunidad militar como una comunidad de clase donde la vida profesional y personal está completamente mezclada") Al mismo tiempo, facilita la existencia de un estilo de vida militar, que cohesiona internamente a la comunidad militar pero frustra su integración con la sociedad civil: "If the military style of life strives to produce an internally cohesive community, at the same time, it thwarts social integration with civilian society"..

Pero como decíamos, frente a estos esquemas que reafirman una fractura, una distancia histórica, entre la sociedad y la institución militar, hay una preocupación por parte de los actuales poderes públicos en mostrar una menor distancia y un mayor encuentro entre la sociedad y las FAS Lo evidencia el cumplimiento de la directriz de la Directiva de Defensa Nacional 1/2008, cuando afirma que se trata de "impulsar el papel y de la necesidad de la defensa, con el fin de favorecer una mayor implicación de la...

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