El ciclo de inteligencia: naturaleza y alternativas

AutorMario Vignettes
Páginas113-136

Page 113

1. Introducción

Con seis décadas como paradigma casi indisputable, el ciclo de inteligencia representa un icono en las comunidades de inteligencia alrededor del mundo. Este ensayo versa sobre las relaciones históricas y conceptuales entre el ciclo y el método científico, así como sus diferencias. En este marco, las etapas que constituyen el ciclo de inteligencia, así como los errores que suelen cometerse en su aplicación, son analizadas con cierto detalle. Con un afán de equilibrio y exhaustividad son valoradas las opiniones que abogan por su abolición. Especial atención reciben las recientes propuestas para sustituirlo como modelo dominante del trabajo de inteligencia.

Page 114

2. Elementos definitorios

La comprensión de la realidad compleja y conflictiva requiere niveles de objetividad y validez que sólo pueden lograrse asumiendo criterios compartidos con el quehacer científico. De ahí que el conocimiento sea el género próximo de la inteligencia. Determinar las diferencias específicas que la caracterizan hará posible distinguirla de otras formas de conocimiento.

Considérese por tanto que la inteligencia tiene que ver con la reducción de la incertidumbre en el conflicto (Clark, 2004: 13). Si esto es cierto, es un conocimiento determinado por la interacción de dos o más voluntades dirigidas por el deseo recíproco de hacer prevalecer sus propios intereses, no necesariamente contradictorios. Ello explica que fuerzas armadas, gobiernos y empresas se empeñen en desarrollar y mantener sus capacidades para generar inteligencia, pues son organizaciones concebidas para encarar situaciones competitivas. Entonces, conflicto e inteligencia se determinan recíprocamente en más de una vía.

La inteligencia no sólo es producida para resolver el conflicto subyacente, sino para ayudar a entender mejor sus causas y los factores que lo conforman. Yehoshafat Harkavi afirma que la inteligencia es una «institución de clarificación de la realidad»1. Se dirige pues, a reducir la incertidumbre de un actor con voluntad de prevalecer en una situación competitiva. Según Hulnick, la inteligencia consiste en otorgar «verdad al poder» (Hulnick, 2006: 968). De ello se sigue que a mejor comprensión de los intereses propios y de los ajenos, mayor ventaja de quien lo posea. Por tanto, existe una relación directamente proporcional entre inteligencia y ventaja, basada en el conocimiento objetivo del contexto en que se desarrolla el conflicto.

3. Orígenes del ciclo

El primer servicio de inteligencia moderno, es decir institucionalizado y sujeto a un régimen jurídico, fue creado por el Reino Unido de la Gran Breta

Page 115

ña a mediados del Siglo XIX2, en su apogeo como potencia imperial. Este hecho se explica, entre otros factores, por los avances tecnológicos alcanzados en ese siglo y que se multiplicaron exponencialmente en el siglo XX durante las dos guerras mundiales. Dichos conflictos demandaron por la vía de la necesidad práctica, el mejor conocimiento disponible para sobrevivir durante y después de ellos. El desarrollo de armas de destrucción masiva (la primera bomba atómica) es un ejemplo del valor estratégico del conocimiento altamente especializado.

La Segunda Guerra Mundial, en particular, unió de forma irreversible a la comunidad académica y a las fuerzas armadas. En el seno de la inteligencia militar inglesa que enfrentaba sola los embates del Eje, surgió la práctica de organizar racionalmente el trabajo de inteligencia alrededor del paradigma básico del método científico, pero no de forma deliberada, sino como una solución empírica y quizás transitoria. A no dudar, el ciclo de inteligencia es la adaptación militar de dicho método (Herman, 1996: 286).

Por ello, conviene tener presente una noción clara de método científico. Bunge afirma que método es un «procedimiento regular, explícito y repetible para lograr algo, sea material, sea conceptual» (Bunge, 2004: 34). Agrega que el propósito de cualquier indagación (y la inteligencia no es excepción) consiste en resolver un conjunto de problemas, pero será científica si cumple, o al menos se propone cumplir, las siguientes etapas: 1) Descubrimiento del problema; 2) Planteo preciso del problema; 3) Búsqueda de conocimientos o instrumentos relevantes; 4) Tentativas de solución con medios identificados; 5) Invención de nuevas ideas (hipótesis, teorías o técnicas); 6) Obtención de una solución (exacta o aproximada); 7) Determinación de las consecuencias de la solución obtenida; 8) Puesta a prueba (contrastación); y 9) Corrección de las hipótesis (Bunge, 2004: 39).

Este autor concibe el método científico de forma cíclica, pero agrega algo más: «Para llevar a cabo una investigación es menester ‘entrar en materia’, o sea, apropiarse de ciertos conocimientos, advertir qué se ignora, escoger qué se quiere averiguar, planear la manera de hacerlo, etc. El método científico no suple a estos conocimientos, decisiones, planes etc., sino que ayuda a or

Page 116

denarlos, precisarlos y enriquecerlos. El método forma, no informa. Es una actitud más que un conjunto de reglas para resolver problemas» (Bunge, 2004: 40). El ciclo de inteligencia cumple esa descripción básica. Por otra parte, es claro que existen marcadas diferencias entre la actividad científica y el trabajo de inteligencia. Veamos:

La comunidad científica se acerca a los hechos buscando un entendimiento exhaustivo para descubrir regularidades que puedan condensarse en leyes universales y aun sistematizarse en teorías. Dispone casi siempre de todo el tiempo necesario para lograr ese propósito y las dilaciones o errores son útiles para reencauzar la investigación. El conocimiento así obtenido es público en su mayor parte, porque su utilidad es de largo aliento y de amplio espectro. La ciencia es un ejercicio convencional que se explica y se sustenta en función de una sociedad del conocimiento, abierta y organizada.

Se afirma con razón que esa identidad primigenia entre ciencia e inteligencia proporciona a esta última un ámbito compartido con otros «agentes productores de conocimiento», como los centros de investigación universitaria, los llamados Think Thank o los centros de información y documentación. (Navarro Bonilla, 2004: 52 y 53).

Por su parte, la comunidad de inteligencia busca la comprensión de una realidad acotada (el conflicto actual), en el mínimo tiempo posible y sólo en la medida en que dicho entendimiento se transforme en ventaja competitiva. Los yerros y retrasos tienen consecuencias irreversibles, porque hacen azaroso o imposible continuar abordando ese objetivo de estudio. Este particular conocimiento debe estar sustraído al dominio público mientras aún es útil, a riesgo de devenir inaplicable o contraproducente. Precisamente ello motiva el secreto. Está fuera de la naturaleza de la inteligencia dilucidar leyes o postular teorías. Si la naturaleza es el objeto de estudio de la ciencia, el conflicto actual lo es de la inteligencia.

Ambas empresas intelectuales, ciencia e inteligencia, coinciden en su dependencia frente a la hipótesis, en tanto que herramienta idónea para juzgar en la incertidumbre. Sería una conjetura colosal, según Popper, asumir que es posible «razonar sin suposiciones, o sólo con unas cuantas, y no obstante obtener resultados que valen la pena» (Popper, 2006: 35). Claramente, esto también es aplicable al quehacer de la inteligencia.

Page 117

4. En el ciclo

A pesar de la virtual unanimidad en torno a que el método científico es antecedente del ciclo de inteligencia, puede afirmarse categóricamente que nunca ha existido acuerdo sobre el número, denominación y contenido concreto de las fases que integran este último. Los siguientes ejemplos así lo ilustrarán. Han sido agrupados en tres conjuntos: nociones aportadas por la literatura especializada, definiciones que forman parte de una doctrina oficial, y concepciones manejadas por servicios de inteligencia en activo, mismas que se pueden consultar en el anexo.

La dispersión conceptual que revelan dichos ejemplos, muestra que toda definición ha sido fuertemente influenciada por la cultura organizacional de la persona o la institución que la genera. Pretender unificar una concepción resulta ilusorio e inútil. Lo importante en el fondo es destacar que ninguna de ellas es contradictoria, sino complementaria.

En nuestra muestra, las nociones sintéticas como la de Berkowitz y Goodman, la del Vocabulario de Defensa francés y la de la Ley de Seguridad Nacional mexicana, distinguen tan sólo cuatro fases de entre las cuales coinciden tres: a) Recolección3; b) Procesamiento y c) Diseminación. En el extremo descriptivo se encuentran algunos exponentes de la doctrina que asumen hasta siete etapas para transformar información cruda en conocimiento competitivo; empero, cuatro son las fases donde se centra la mayor división conceptual:

4.1. Inicio del Ciclo

Doce opiniones planteadas coinciden en que el usuario final de la inteligencia es responsable de iniciar el ciclo, al determinar el conocimiento faltante para tomar una decisión. El común denominador para designar esta etapa es «identificación de requerimientos». Los franceses la conciben como «orientación», los canadienses y españoles como...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR