Capítulo IV. La atribución de la responsabilidad

AutorCarlos María Alcover de la Hera

CAPÍTULO CUARTO

LA ATRIBUCIÓN DE RESPONSABILIDAD

CARLOS MARÍA ALCOVER DE LA HERA

  1. INTRODUCCIÓN

    El comportamiento social supone un rico y complejo entramado de relaciones interpersonales, un incesante flujo de interacciones y un sistema de intercambios materiales y simbólicos a los que como actores y como observadores tratamos de dar sentido. Esta búsqueda de inteligibilidad y de significado incluye la comprensión tanto del comportamiento propio como del comportamiento ajeno. Para tratar de comprender lo que hacemos y lo que hacen los demás nos embarcamos en procesos de búsqueda de causas o explicaciones de nuestra conducta (denominados procesos de atribución intrapersonal) y de causas o explicaciones de la conducta de los otros (procesos de atribución interpersonal).

    En términos sencillos, atribuir es preguntarse por qué nosotros mismos o los demás hacemos o hacen determinadas cosas, por qué nos ocurren o les ocurren a los otros determinados acontecimientos, o por qué ciertas decisiones relacionadas con diferentes cursos de acción han tenido determinadas consecuencias para nosotros o para los demás. Así, aunque las acciones individuales y los eventos sociales obedecen generalmente a la influencia y a la interacción de una gran multiplicidad de variables, los estudios sobre la atribución han puesto de manifiesto que las personas estamos motivadas a percibir el mundo social como algo predecible y, en consecuencia, controlable.

    De esta manera, tratamos de reducir esa complejidad para manejarla, intentamos simplificar para comprender lo que ocurre a nuestro alrededor.

    Se puede definir la atribución en general como el proceso interno de naturaleza cognitiva a través del cual las personas establecen el origen de un hecho, un fenómeno o un comportamiento. Esta interpretación provoca la creación de una nueva estructura cognitiva basada en ella, estructura que a su vez condiciona las opciones de comportamiento futuro. Aunque pueda parecer que de esta definición se desprende que la atribución consiste en realidad en percibir o identificar causas procedentes del entorno o vinculadas con las propiedades de los estímulos, se trata más bien, en opinión de la mayoría de los psicólogos sociales que se han ocupado de estudiarla, de un proceso relacionado tanto con los mecanismos propios del funcionamiento mental como con la disposición y accesibilidad de informaciones ya existentes (experiencias, creencias, ideas, etc.) contenidas en la memoria. En consecuencia, la atribución causal es, como ha señalado Castelló (1992), una actividad integrada en los procesos más internos del funcionamiento mental de las personas, siendo éstos los que determinan en mayor medida la forma en que tendrá lugar la atribución, en lo que constituye uno de sus elementos clave:-no son tan importantes las características de la información como la forma en que ésta será procesada y las informaciones que ya estén disponibles en la persona que realiza la atribución- (Castelló, 1992, p. 14). En otras palabras,-el modo en que respondemos al comportamiento de los demás no constituye una simple respuesta a sus acciones, sino una consecuencia del significado que atribuimos a dichas acciones- (Arcuri, 1985, p. 10). Percepciones y dotación de significados que, como analizaremos a lo largo de este capítulo, no se reducen a meras operaciones cognitivas, mentales, internas a las personas, sino que también cuentan con la poderosa influencia ejercida por factores sociales, situacionales o ambientales, constituyendo, en suma, un claro ejemplo de procesos psicosociales cuya naturaleza procede de las interacciones y de las influencias mutuas producidas entre factores individuales y sociales.

    Lógicamente, los investigadores se han encontrado con un obstáculo que trasciende los problemas metodológicos: en concreto, con el hecho de que nunca se pueda saber de manera directa lo que ocurre en el interior de la cabeza de quien realiza atribuciones. Es decir, las explicaciones o las causas que las personas solemos dar del comportamiento propio o del ajeno han de ser inferidas a través bien de los contenidos verbales comunicados, bien de la conducta manifiesta.

    Dado que todo proceso de atribución da comienzo con la percepción propia y la percepción de los otros, nos centraremos en primer lugar en una breve explicación de los mecanismos que regulan la percepción social, así como en los principales obstáculos y sesgos que influyen sobre los procesos perceptivos, donde desempeñan un papel determinante los prejuicios y los estereotipos. En segundo lugar, revisaremos los principales modelos teóricos formulados acerca de los procesos de atribución causal y social, deteniéndonos brevemente en el análisis de los principales errores y sesgos atributivos. Por último, nos centraremos en el estudio de los elementos más importantes implicados en los procesos de atribución de responsabilidad, considerada como un tipo específico de atribución que cuenta, naturalmente, con una gran relevancia en la práctica jurídica, especialmente en relación con la fiabilidad y credibilidad de los testigos visuales y de los testimonios en general (donde, a su vez, influyen de manera destacada los procesos de percepción, los prejuicios y los estereotipos [Jiménez Burillo, 1986]), y con la formación de juicios de aquellos que participan en los procesos de toma de decisiones: abogados, fiscales, jueces y jurados (Sobral, 1996). De la importancia de estos factores da cuenta el hecho de que en la investigación psicosocial en el ámbito jurídico realizada durante la pasada década de los noventa, tanto en el contexto internacional como en el español (De Paúl, 1998), el mayor volumen se encuentra representado por el estudio de los factores que influyen en las decisiones de los jurados y, dentro de aquéllos, de las influencias de las características, especialmente las raciales, de los acusados y de los factores que afectan a la atribución de responsabilidad que los jurados hacen al acusado o a la víctima.

  2. LA PERCEPCIÓN SOCIAL

    Las interacciones diarias, tanto si se trata con personas conocidas como con desconocidas, implican la percepción de ellas, la formación de impresiones acerca de sus características, de sus hábitos y de sus reacciones, así como la formación de un conocimiento que nos sirve de base sobre la cual predecir su comportamiento ante determinadas situaciones. Los juicios que formulamos acerca de las características y las intenciones de otras personas resultan sumamente importantes para planificar con eficacia las acciones que llevamos a cabo en el medio social (Bierhoff, 1989). Como ha subrayado Jones (1990), el papel desempeñado por la percepción resulta fundamental, puesto que tratamos y nos comportamos con los demás no tanto en función de cómo son realmente, sino tal y como nosotros los percibimos.

    Según el enfoque clásico propuesto por Bruner, la percepción en general comprende dos procesos:

    ^Un proceso de selección o de recodificación de la gran cantidad de información que llega a las personas desde el exterior, y cuyo objetivo se centra en reducir su complejidad y facilitar su almacenamiento y su recuperación en la memoria.

    ^Un proceso que implica el intento de ir más allá de la información percibida(proceso que se denomina de inferencia), y cuyo objetivo se cifra en la capacidad para predecir acontecimientos futuros y evitar o reducir con ello la incertidumbre.

    Como han coincidido en señalar diferentes autores (Fiske y Taylor, 1991; Moya, 1999; Schneider, Hastorf y Ellsworth, 1979), aunque la percepción de objetos físicos y la percepción de personas presentan algunas similitudes (como, por ejemplo, la estructuración de la información por medio de categorías, la relevancia, la estabilidad y el significado de lo percibido), se diferencian en los siguientes aspectos básicos:

    ^Las personas tienden a percibirse como agentes causales (es decir, con intenciones, actitudes, emociones, características personales, etc.), mientras que no ocurre lo mismo con los objetos.

    ^La percepción social implica al yo que percibe, puesto que podemos inferir, a partir de nuestra similaridad y de la capacidad de empatía (o capacidad de-ponerse en el lugar del otro-), lo que experimentan otras personas. ^La percepción social se produce en situaciones de interacción, de relaciones interpersonales, lo que crea un vínculo y una influencia recíproca entre los participantes, ya que ambos son perceptores y percibidos.

    ^La percepción de personas suele implicar mayor complejidad que la percepción de objetos.

    Los objetivos de la percepción de los demás, es decir, lo que buscamos cuando percibimos a los otros o la finalidad, para qué los percibimos, pueden ser, en realidad, innumerables. A juicio de Morales y Moya (1996a), aunque prácticamente cada acto perceptivo tendría su propia finalidad, esta gran diversidad de objetivos puede resumirse en uno: la percepción de los demás es un proceso que sirve para nuestras interacciones con ellos.

    A su vez, las interacciones cuentan también con los objetivos o metas que persiguen los actores en ellas. También aquí la diversidad puede ser muy amplia, aunque los análisis realizados por diferentes autores (véase Morales y Moya, 1996a) han permitido agruparlos en dos grandes categorías:

    ^Llevar a cabo un diagnóstico o una evaluación de la persona percibida, en cuyo caso el objetivo de la interacción se centra en que dicha percepción resulte lo más correcta posible.

    ^Actuar, de manera que en esta situación la persona que percibe persigue algún objetivo específico; en este caso, la percepción de personas que participan en la interacción cuenta sólo con un carácter secundario en relación con el objetivo.

    Por lo que respecta a los objetivos de diagnóstico o de evaluación, la percepción supone un proceso de formación de impresiones, que consiste en el proceso a través del cual desde la formación de la primera impresión a partir de ejemplos de características o comportamientos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR