La librería del abogado burgalés don Juande Vallejo Barcena, relator de los Consejos de Guerra e Indias en tiempos de Carlos II (1692)

AutorJosé Luis Barrio Moya
Páginas381-395

Page 381

Para nadie es un secreto que la burocracia estatal española del Antiguo Régimen constituyó una de las bases más sólidas sobre las que se levantó el gran tinglado de la Monarquía absoluta. El estudio de aquella burocracia y de los miembros que la formaban son temas que desde hace ya algunos años están conociendo una singular fortuna entre historiadores e investigadores, lo que se ha traducido en la aparición de estudios tan clarificadores como los de Juan Antonio Maravall1 y José María García Marín2. A ellos hay que añadir los trabajos dedicados a los funcionarios de las instituciones gubernamentales, como los de Jean Marc Pelorson sobre los juristas castellanos de la época de Felipe III3y Janine Fayard sobre los consejeros de Castilla4.

Los órganos representativos de la Administración española, apenas iniciado el Gobierno de los Reyes Católicos, fueron los Consejos, que en principio eran unas instituciones meramente consultivas, como lo fueron sus precedentes medievales, pero que a medida que la Monarquía hispana fue aumentando sus territorios y funciones, consiguieron mayores cotas de reponsabilidades. En un prin-Page 382cipio los Consejos existentes a la llegada al trono de los Reyes Católicos se reducían a dos: el de Castilla y el de Aragón, cada uno con atribuciones en sus respectivos reinos. Sin enbargo la ampliación de territorios por parte de la nueva Monarquía, con la anexión de Navarra y, en tiempos de Felipe n, de Portugal, la conquista de América, la incorporación de Flandes, etc., así como el notable aumento de asuntos a resolver que tan compleja administración exigía, hicieron que los Consejos tuvieran que desdoblarse y multplicarse para atendar a tantos y diferentes problemas que la nueva estructura política planteaban a la Corona. De esta manera se crearon durante los últimos años del reinado de los Reyes Católicos y a lo largo del de Carlos V los Consejos de Navarra, con sede en Pamplona, Indias, Órdenes, Hermandad, Estado, Hacienda, Inquisición, Guerra, Cruzada, Flandes e Italia. Por su parte Felipe II creó el de Portugal, cuando la anexión de aquel reino a su Monarquía. Con todos ellos se creó en España un régimen polisinodial que hizo posible, con todos los reparos que se quiera, el funcionamiento de la Administración central5.

La organización de los Consejos era común a todos ellos, aunque esto matizado por las diferentes misiones que cada uno de ellos tenían a su cargo. Estaban encabezados por un gobernador o presidente, salvo en los casos de los de Estado y Guerra, cuya jefatura la ostentaba el propio monarca. Asimismo los Consejos tenían un número de miembros variables según la época, como también uno o varios fiscales y numerosos secretarios, escribanos y relatores, quienes tenían a su cargo la labor administrativa que aquellas instituciones generaba.

Durante el reinado de Carlos n, último monarca hispano de la Casa de Austria, fue ralator de los Consejos de Guerra e Indias el abogado burgalés don Juan de Vallejo Barcena, quien a su muerte en 1692 dejó, entre otros bienes, una biblioteca repleta de obras jurídicas de interés6.

Don Juan de Vallejo Barcena había nacido en la localidad burgalesa de Ozabejas, siendo hijo de don Diego de Vallejo y de doña María de Barcena, ambos igualmente naturales de la mencionada población. Pocos datos conocemos sobre la vida de don Juan de Vallejo, salvo que siguió la carrera de Derecho y que en el Madrid de Carlos II ocupó el ya citado cargo de relator de los Consejos de Guerra e Indias. También en la Corte el jurista burgalés contrajo matrimonio con doña Juana de Cuadros, de cuya unión no se logró descendencia.

El día 26 de diciembre de 1692, don Juan de Vallejo «estando enfermo y como la gravedad de su enfermedad no le da lugar a hacer y disponer su testamento y las cosas tocantes al descargo de su conciencia, las tiene comunicadas a don Antonio Ángel Cortes y a doña Juana de Quadros, su muger, a los que da poder para que después de su fallecimiento hagan y otorguen su testamento»7. Entre las disposiciones dadas a sus testamentarios figuraba su deseo de ser ente-Page 383 rrado en la iglesia del convento de Santo Tomás «que llaman de Atocha, orden de Nuestro Padre Santo Domingo, en la vobeda de la Capilla de Nuestra Señora del Rosariio, en uno de los nichos de ella». Dejaba también al criterio de sus testamentarios todo lo relacionado con las misas y sufragios que debían celebrarse por su alma.

Legaba a su esposa «el tercio de sus bienes en atención al cariño y boluntad que siempre la e tenido» e instituía a su madre doña María de Barcena, residente en Ozabejas, como heredera de todos sus bienes. Esta última disposición nos lleva a pensar que el abogado burgalés falleció prematuramente.

Don Juan de Vallejo murió en Madrid el sábado 27 de diciembre de 1692, iniciándose dos días más tarde el inventario de sus bienes, para proceder a continuación a la tasación de los mismos. No obstante y por diversos problemas burocráticos la valoración de las pertenencias del abogado burgalés sólo se inició en abril de 16938. De esta manera el 13 de abril de 1692 Antonio López Saavedra «ebanista y ensamblador» tasaba los muebles, entre los que se contaban algunos valiosos escritorios de bronce, concha y ébano, así como diversas imágenes sacras, realizadas en madera, marfil y bronce.

- Primeramente dos escriptorios de concha y ébano, bronceados, con sus corredores y sus puertas de a quatro colunas, de vara y media de largo, de quatro navetas de alto, con sus basas y cornisas de hebano, con sus bufetes, de siete quartas de largo y tres de ancho, con sus hierros eseados, de cocobolo y embutidos de ébano, 4400 rs.

- mas seis bufetes digo sillas de vaqueta de Moscovia , acoquinadas, con clavazón escarolada, con sus cubiertas de vadana colorada, de madera de nogal, 420 rs.

- mas doze sillas con clavazón hordinaria, traidas, 336 rs.

- mas quatro taburetes pequeños del mismo jenero, 80 rs.

- mas seis taburetes altos con clavazón hordinaria, 132 rs.

- mas un escriptorio en forma de papelera, de caoba, ébano y box, con su tapa de lo mismo con doze navetas y su pie de nogal, 330 rs.

- mas una escrivania de ciprés ondeada, con su cerradura, cantoneras y bisagras, todo dorado y pabonado, 120 rs.

- mas un juego de tres bufetes de estrado, de ébano, palo santo y concha perfilados de bronze, con sus pies quadrados, 280 rs.

- mas una papelera pequeña de cedro y ébano con su cerradura maziça, 150 rs.

- mas un cofre biejo aforrado de vadana negra, de vara y quarta de largo y otro del mismo jenero, 30 rs.

- mas una harquita pequeña de pino, viexa, de cerca de bara de largo, 12 rs.

- mas un almario de madera de pino en forma de mesa con sus cerraduras y llaves, de siete quartas de largo y tres y media de ancho y una de alto con los tableros de nogal, 70 rs.Page 384

- mas un brasero de palo santo ochavado, perfilado de bronze con sus junquillos que la guarnezen, con doze clavos de lo mismo y su bacia de agofar, 150 rs.

- mas un brasero de nogal de dos aros con doze berjuelas de nogal y box con su bacia de cobre, 90 rs.

- mas dos bufetes yguales de caoba, de dos baras y tercia y quatro dedos de largo y vara y quarta y dos dedos de ancho, con quatro vidrios aseados cada uno, 1100 rs.

- mas un bufete de pino, de vara y media de largo y tres quartas de ancho, cubierto de vadana, con sus pies de nogal, 18 rs.

- mas otro bufete de nogal, de vara y media de largo y tres quartas de ancho y pies de lo mismo, con sus hierros aseados, 36 rs.

- mas otro bufete de nogal de vara y quarta de largo y dos tercias de ancho, con sus hierros cuadrados, 30 rs.

- mas otro bufete de nogal de bara y tercia de largo y dos tercias de ancho con sus pies de lo mismo que es el que va ynbentariado por de cedro ynbutido de nogal, 36 rs.

- dos espexos con sus marcos de peral ondeados, de dos tercias de alto con sus colgaderos dorados, sus cordones de seda carmesi, 150 rs.

- mas otro espexo con marco de hevano, de tres quartas de alto y dos terzias y tres dedos de ancho, 150 rs.

- mas tres camas de tablas de pino, viejas, 54 rs.

- masquatro taburetes de tixera de vaqueta de Moscobia colorada con su clavazón hordinaria y pies de nogal en forma de cama, 176 rs.

- mas otro bufete de nogal, de vara y media de largo y tres quartas de ancho, 36 rs.

- mas un bufete enbutido de hebano, de cerezo con sus pies de lo mismo, de vara y tercia de largo y tres quartas y media de ancho, con sus hierros aseados, 36 rs.

- mas otro bufete biexo de nogal, de vara y media de largo y tres quartas y media de ancho, con sus hierros quadrados, 34 rs.

- otro bufetico de nogal, de vara y quarta de largo y dos tercias y dos dedos de ancho, 30 rs.

- mas una escrivania de palo santo ondeada, 50 rs.

Tantos fueron los muebles de don Juan de Vallejo que el 13 de abril de 1693 el mismo Antonio López Saavedra continuó la tasación de los mismos.

- Primeramente una cama salomónica de tres cavezeras, de dos varas de ancho, de madera de texo, 800 rs.

- mas dos escriptorios de vara y ochava de largo y vara y ochava de alto con sus sobre cuerpos, guarnezidos de agallones de concha y todos ellos de concha y nácar embutidos con sus puertas de a dos colunas, con sus pies de hebano y cocobolo, 8800 rs, sin estimar la pintura de ellos.

- mas un escriptorio pequeño de una tercia de largo, de charol, con sus portecuelas, y una quarta en quadro, 60 rs.Page 385

- mas un brasero de hevano de Portugal, de dos aros con doze berjuelas, de hevano y bronze y el brasero embutido en concha y nácar, con su bazia de azófar con su concha, 700 rs.

- mas una arca de nogal, de vara y quartade largo y tres quartas de ancho y tres quartas de alto, 250 rs.

- mas un arquetonzillo barreteado de hierro con dos...

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