Bases conceptuales de la globalización. Aproximación a un debate

AutorXavier Montagud Mayor
CargoUniversitat de Valencia
Páginas113-140

Page 113

Los sucesos de las Conferencias de la OMC en Denver o del FMI en Praga parecen haber acabado con la apariencia neutral con que se presentó en un primer momento el fenómeno de la globalización. No hace muchos años, el concepto de «globalización» permitía explicar a los analistas y políticos hechos tales como la eliminación de puestos de trabajo en países desarrollados o la cuasibancarrota de México en 1993, o Indonesia y Brasil en 1998. Una lectura de los «informes mundiales»1de organismos internacionales como el Banco Mundial, la FAO, la ONU, la OCDE o el FMI de aquellos años, parecía demostrar que la globalización, lejos de ser una tendencia ideológica o una estrategia del capital, era un hecho histórico y natural ante el que sólo cabrá la adaptación. Hoy no escapa ya a nadie que este proceso es mucho más complejo e influyente de lo que en sí mismo parecía cuando se inicio el uso de dicho termino y que no basta con un análisis sobre sus consecuencias, sino que es también preciso ofrecer un estudio en profundidad sobre la construcción del mismo y sus significados, siendo en este último espacio donde se sitúa el presente artículo.Page 114

Pero es precisamente a la hora de intentar definir la globalización cuando nos encontramos con tantas definiciones como disciplinas hay interesadas en su estudio, las cuales definen el objeto en función de sus propios intereses. Así, en economía, la globalización señala la creciente internacionalización de la economía y el aumento de las relaciones capitalistas de mercado. Para las disciplinas cuyo objeto de estudio son las relaciones internacionales, este concepto revela sobre todo el incremento de la densidad de las relaciones interestatales y el desarrollo de políticas globales. Para el derecho y las ciencias jurídicas, la globalización significa la intensificación de reglas y normas que rigen la emergente sociedad mundial, así como la transformación de éstas.

En sociología, se define la globalización como el proceso por el que se da un aumento significativo de las relaciones sociales a nivel global y por la emergencia de la llamada «sociedad mundial». Otra visión de la globalización la ofrecen las disciplinas dedicadas al estudio de los problemas culturales, que ponen de relieve su significado en cuanto a proceso de estandarización de las pautas culturales (lo que algunos vienen en llamar cocacolonización o mcdonalizacion). En historia, la globalización ha transformado la disciplina en un intento por construir la «historia global».

A la vista de todas estas definiciones no cabría sino afirmar que no existe una única globalización, sino múltiples globalizaciones. Que se trataría de un proceso en el que convergen diversos factores: el cultural, el económico, el político, el social, el jurídico, etc., y del que se ocupan diferentes disciplinas.

Sin embargo, como señala Beck, la globalización es seguramente «la palabra (a la vez eslogan y consigna) peor empleada, menos definida, probablemente la menos comprendida, la más nebulosa y políticamente la más eficaz de los últimos -y sin duda también de los próximos- años»2. Definirla es pues en primer lugar intentar acotar su significado, analizar aquellas cualidades que la definen per se, y respecto de otros conceptos. Una de las formas en que podemos conseguir este objetivo es abrir una ventana al debate en torno al concepto mismo de globalización, sobre el que hay una intensa reflexión teórica y crítica que llega hasta hoy en día.

Como veremos, la globalización está siendo hoy estudiada desde distintos autores, diferentes disciplinas y orientaciones teóricas, que pretenden ofrecer su propia visión de la misma. Estos esfuerzos, concentrados en los últimos diez años, no deben hacernos olvidar la larga tradición de estudiosos que han dirigido su trabajo a comprender las tendencias globalizadoras en sus diversos aspectos3. Para ello nosPage 115 detenemos en dos grandes bloques de análisis: el primero, de mayor abstracción conceptual, se detiene en el análisis de su conformación espacio-temporal; el segundo grupo nos llama la atención sobre su dimensión real. Alejada de dicha abstracción, define el objeto en función de los elementos reales que la conforman, aunque haya diferencias ente autores y corrientes teóricas.

Iniciamos esta exposición recurriendo a una definición que parte de la idea de modernidad y que se detiene en su dimensión espacio-temporal. A tal fin, la definición de Giddens es una de las primeras referencias que encontramos sobre la globalización. Desde la «teoría de la modernidad», se define la globalización como «la intensificación de las relaciones sociales en todo el mundo, por las que se enlazan lugares lejanos de tal manera que los acontecimientos locales están configurados por acontecimientos que ocurren a muchos kilómetros de distancia»4. Viene pues caracterizada por tres aspectos:

  1. Una intensificación de las relaciones mundiales.

  2. Una consecuencia de la lógica de la modernidad.

  3. Un proceso dialéctico a través del tiempo y el espacio.

    Esta primera formulación no tardó tiempo en verse sometida a una fuerte crítica desde el campo de la teoría cultural. Aunque la retomaremos más adelante en profundidad, en líneas generales, la «teoría cultural» viene a poner de relieve la importancia de los elementos que componen la cultura: identidad, valores, tradiciones, lenguaje, etc., para demostrar que la globalización no es, como los críticos más exacerbados de la misma sostienen, una tendencia hacia la convergencia cultural, sino una reformulación de los elementos que la componen desde una visión, básicamente, de hibrización (Pieterse) o de heterogeneidad (Robertson). Por ahora vamos a exponer los ataques que ambos autores hacen sobre la definición de Giddens, ataques que se centran en dos puntos:

  4. Criticando la concepción de globalización como consecuencia lógica de la modernidad. En este aspecto, para Pieterse, dicha asociación no está exenta de problemas. Al conceptualizarla de este modo, la globalización se comprendería como un hecho surgido del proceso que denominamos occidentalización, lo que se contradiría con la concepción que Giddens tiene de la globalización como proceso neutral en el que las relaciones de lugares distantes unos de otros son en armonía. Para Pieterse, la globalización no es una consecuencia de la modernización, y sí en cambio una época histórica, que se iniciaría en 1960 con la posmodernidad. Modernidad de este modo sería una época contemporánea que se desarrollaría entre los años 1840-1960 con la hegemonía del Estado Nación. Globalización sería,Page 116 a lo sumo, una de las condiciones de la modernidad, pero no su secuencia lógica. Para Robertson, tampoco la globalización se constituye como una condición de la modernidad, sino de lo que él ha llamado «modernización divergente» (equivalente a lo que Giddens denomina «alta modernidad»).

    Lo importante de este debate radica en que si se vincula la globalización a la modernidad se producen dos consecuencias: por un lado, se le otorga un espacio temporal concreto que no todos los autores comparten5; por otro, se caracteriza como un proceso lineal relacionado con otros, como la occidentalización (como ya hemos visto anteriormente).

  5. Criticando su concepción de globalización como un proceso sometido a la dialéctica espacio-temporal. Giddens otorga un papel central a esta cuestión. La diferenciación y distanciamiento entre éstas caracteriza la transición del mundo tradicional al moderno. La modernidad, pues, vendrá caracterizada por lo que él denomina «desanclaje» del espacio y el tiempo. En la globalización, estas dos dimensiones tienen una relación dialéctica que incluye una relación de ausencia y presencia.

    Para Robertson, la globalización es entendida por Giddens como una expresión fundamental de los aspectos espacio-tiempo. Esta relación dialéctica que parece implicar también una relación acción-reacción no capta la complejidad de lo global que él pretende explicar mediante su concepto de «glocalización». Para Robertson, la concep-tualización del proceso de «intensificación de las relaciones sociales» como globalización es equivocada, pues margina lo local, y debería ser sustituido por el concepto de globalidad. Ésta sería la condición general que ha facilitado la difusión de la «modernidad general», globalidad entendida aquí como proceso de interpenetración entre lugares distintos y como proceso de homogeneización de los presupuestos de la modernidad.

    Para el primero de ellos, es necesario unir a la discusión sobre la dialéctica espacio-tiempo (que en otros términos hace referencia a la espinosa cuestión de los universalismos versas particularismos) la discusión de la relación entre lo global y lo local, pues muchos de los que hablan de globalización tienden a asumir que éste es un proceso que anula los localismos, incluyendo los llamados «localismos dePage 117 larga distancia»6(es decir, aquellos procesos que se desarrollan en términos muy similares en diferentes partes del mundo, por ejemplo, el proceso de tribus suburbanas, el renacimiento del nacionalismo étnico, etc.).

    Por contra, y defendiendo esta característica, encontramos autores como Bauman o De Sousa Santos, para quienes no hay mejor constatación de la relación ausencia/presencia, que el hecho de que sólo la clase capitalista transnacional controla en realidad la comprensión espacio-temporal. Las clases y grupos subordinados «se están moviendo fisicamente de manera intensa, pero no controlan en absoluto la comprensión espacio-temporal» como demuestran los habitantes de las «fabelas» de Río de Janeiro, que permanecen prisioneros de su espacio, pero cuya música forma parte de una cultura musical glo-balizada7.

    La definición de Giddens tiene en cualquier caso el valor de contener en la misma los elementos más profundos y esenciales del fenómeno.

    Walíerstein elabora el proyecto teórico más amplio dedicado al problema de la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR