El sistema de tarjetas de pago bancarias en España y su influencia en el desarrollo del comercio electrónico

AutorManuel Parras Rosa y Enrique Bernal Jurado
CargoUniversidad de Jaén
Páginas30-54

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1. Introducción

Hace poco más de dos años, existía un consenso generalizado sobre las excelentes expectativas de crecimiento del comercio electrónico en todos los países industrializados. Sin embargo,- la realidad ha mostrado que esta nueva forma comercial no se desarrolla con la velocidad esperada, obligando a corregir a la baja las previsiones sobre el volumen de negocio generado en la red. Así, para el caso de España, la Subdirección General de Estudios del Sector Exterior (1998, p. 5), estimaba que, en el año 2000, se generaría un volumen de venta a través de comercio electrónico de 80.000 millones de pesetas. Sin embargo, se han alcanzado menos de 30.000 millones, según las últimas estimaciones de la Asociación Española de Comercio Electrónico -AECE- (2000).

La importante diferencia entre los ingresos esperados y los que se han producido en la realidad ha generado una situación que muchas empresas no han podido superar, dando lugar a la quiebra de numerosas compañías «puntocom» y a la «caída» de los valores tecnológicos en los mercados financieros durante los últimos meses. Esta situación es la consecuencia de las dificultades a las que se enfrenta el desarrollo de esta nueva forma de venta.

En nuestro país, el comercio electrónico está creciendo, aunque más lentamente que en otros países de nuestro entorno. Así, según un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico OCDE- (2000), el número de compradores españoles en la red, durante 1999, medido como porcentaje de la población activa, era del 0,9%, cifra que sólo era superior a la de tres de los veinte países considerados. Además, este desfase entre España y el resto de los países se agrava si consideramos que la tasa de crecimiento del valor de las ventas generadas vía comercio electrónico en España, se encontraba entre las más bajas del grupo de países estudiados, con un crecimiento del 185% entre 1998 y 1999, cifra únicamente superior a la de cinco de ellos. Otras fuentes e indicadores apuntan en la misma dirección. Así, de acuerdo con la información suministrada por la Comisión Europea y el Ministerio de Ciencia y Tecnología1, sólo el 14% de los españoles mayores de 14 años navega habitualmente por Internet, lo que supone figurar entre los peores puestos Page 31 de la llamada sociedad de la información del mundo civilizado. Sólo los portugueses (12%) y los griegos (6%) se sienten menos atraídos por la red. Nada tienen que ver estas cifras con el 52% que se registra para EE.UU, el 59% para Suecia, el 33% para el Reino Unido, etc.

Entre las posibles causas que explican esta diferente evolución del comercio electrónico entre España y el resto de los países industrializados, se señala, con insistencia, a la actitud reacia de los consumidores y empresas españolas a la aceptación de esta fórmula de venta. Tampoco es extraña esta situación diferente; conocemos que en España la comercialización de bienes y servicios a distancia no ha obtenido el éxito alcanzado en otros países desarrollados. De hecho, España posee uno de los menores niveles de utilización de cajeros automáticos (CA) y terminales en puntos de venta (TPV) del ámbito comunitario (Banco Central Europeo -BCE-, 2000). En igual sentido, la Dirección General de Comercio Interior (1995, pp. 20 y 25), señalaba que el nivel más bajo de penetración de la venta por correo en 1992, entre un total de diez países europeos considerados, correspondía a Italia, al que le seguía España2. Por último, en la línea de lo que venimos exponiendo, la Subdirección General de Estudios del Sector Exterior (1998, p. 5) afirmaba, en 1998, que el volumen de ventas generado en España a través de Internet «... no alcanzará las cotas de otros países europeos, debido a los distintos hábitos de compra del consumidor español».

Otro factor apuntado como explicativo de la escasa utilización del comercio electrónico en nuestro país, se refiere a la inseguridad percibida por los consumidores a la hora de utilizar esta forma de venta, especialmente cuando se trata de pagar con tarjetas bancarias a través de la red, cuestión esta última de enorme trascendencia si tenemos en cuenta que las tarjetas de crédito constituyen el medio de pago preferido3 por los consumidores españoles en el comercio electrónico (Asociación de Usuarios de Internet, 1998; AECE, 1998 y 2000; Consumer International, 2000). En consecuencia, el desarrollo del comercio electrónico en nuestro país y el sistema de tarjetas de pago bancarias están fuertemente vinculados. Con este trabajo pretendemos poner de manifiesto los elementos sobre los que se asienta esta relación, así como analizar la situación del mercado español de tarjetas bancarias y cómo ésta puede afectar al desarrollo futuro del comercio electrónico. No hay que olvidar, por otro lado, que la influencia es mutua, ya que el desarrollo del comercio electrónico llevará consigo la extensión del uso de las tarjetas bancarias.

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2. Los parámetros de relación entre el comercio electrónico y las tarjetas de pago bancarias

La relación entre comercio electrónico a través de Internet y las tarjetas de pago bancarias se sustenta en los tres argumentos siguientes:

  1. El desarrollo del comercio electrónico Business to Consumer (B2C) difícilmente puede entenderse al margen de las tarjetas bancarias, ya que el uso de éstas hace posible disfrutar de algunas de las ventajas del comercio electrónico, como son la mayor rapidez, la comodidad y el ahorro de tiempo, al realizarse la liquidación de la transacción en el momento de la compra a través de la red Internet. Téngase en cuenta, al respecto, que muchos de los bienes y servicios cuya venta está obteniendo más éxito a través de Internet son aquellos que pueden distribuirse y pagarse directamente a través de la red, tales como música, programas informáticos, servicios financieros, reservas de billetes de avión, etc. (Asociación para la investigación de Medios de Comunicación -AIMC-, 1998).

  2. El problema básico de Internet consiste en conseguir que la información que circula a través de la red lo haga de forma segura, esto es, que la transmisión cumpla los principios de autenticación, integridad, confidencialidad y no-repudio. Precisamente la dificultad de asegurar el cumplimiento de los anteriores requisitos y, en caso de conseguirlo, convencer a los consumidores de ello, especialmente cuando los mensajes enviados se refieren a datos confidenciales sobre las tarjetas de crédito del comprador, constituye, según diversos estudios, el principal obstáculo para el desarrollo actual del comercio electrónico.

  3. De manera similar al comercio electrónico, los sistemas de autoservicios bancarios, principalmente los CA y los TPV, accionados mediante tarjetas, son formas de venta a distancia en los que median las tecnologías de la información para poner en contacto empresas con clientes. Ello significa que muchas barreras (legales, culturales, falta de interoperatividad...) que estuvieron y están aún hoy presentes en el desarrollo de los sistemas de pago con tarjetas bancarias, pueden ser las mismas que obstaculizan, hoy día, el desarrollo del comercio electrónico. De hecho, la evolución de ambos mercados, en nuestro país, se caracteriza por su lentitud en comparación con el que acontece en otros países de nuestro entorno. En este sentido, el análisis de la demanda en un mercado ya rodado como es el de las tarjetas de pago bancarias puede ayudar a identificar cuáles son las barreras que hoy obstaculizan el novedoso comercio electrónico a través de Internet.

En el contexto mostrado, nos encontramos con un mercado español de tarjetas bancarias caracterizado por el Page 33 escaso uso que los consumidores hacen de estos instrumentos de pago, en comparación con el de la mayoría de los países de nuestro entorno, pese a contar con un sistema de pago con tarjetas de los más desarrollados del mundo, tanto en términos cuantitativos como cualitativos.

3. Objetivos

Considerando lo expuesto anteriormente, el objetivo genérico que nos proponemos en el presente trabajo es aportar elementos que permitan comprender algunas de las causas del lento desarrollo del comercio electrónico en España, a partir del análisis de los factores explicativos del escaso uso de las tarjetas de pago bancarias, en nuestro país.

La cuestión que proponemos es relevante por dos motivos: 1) Bajo la hipótesis de que el escaso uso de las tarjetas de pago bancarias es un freno para el desarrollo del comercio electrónico, es evidente que el conocimiento y la posterior actuación sobre las razones explicativas del escaso uso de las tarjetas han de ser de utilidad para encontrar estrategias que suavicen este déficit, de manera que permita un mejor y más rápido desarrollo del comercio electrónico, y 2) Bajo la hipótesis de que el sistema de pago con tarjetas y el comercio electrónico, al estar basados en innovaciones tecnológicas, poseen rasgos de similitud desde el punto de vista del comportamiento de comerciantes y consumidores, con el análisis propuesto podemos encontrar líneas orientadoras de lo que está ocurriendo con el comercio electrónico en España, caracterizado, como ya hemos señalado, por su lento desarrollo. Nos referimos a que las respuestas a la cuestión ¿por qué se usan tan poco las tarjetas en España? sugerirán elementos explicativos de la actitud de los españoles ante las nuevas tecnologías y, por ende, ante el comercio electrónico.

4. Revisión de la literatura
4.1....

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