Aplicación del derecho o programas de RSC para pueblos indígenas

AutorMikel Berraondo López
CargoAbogado, coordinador del aula de derechos humanos de IPES-ELKARTEA y miembro del Grupo Intercultural Almáciga
Páginas91-116

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1. Dificultades para hablar de RSC en relación con los pueblos indígenas

Con la creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y con la continuada imposición de las políticas de ajuste estructural del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, nuestra situación, como Pueblos Indígenas, ha ido de mal en peor. Las corporaciones reciben más derechos y privilegios a expensas de nuestros derechos. Nuestro derecho a la autodeterminación, que consiste en determinar libremente nuestro estatus político y buscar nuestro propio desarrollo económico, social y cultural y el ejercicio de nuestros derechos sobre nuestros territorios y recursos, sobre nuestros conocimientos indígenas, culturas e identidades, son flagrantemente violados.

Declaración Internacional de Cancún de los Pueblos Indígenas, preámbulo

Entrar al debate sobre la RSC en relación con los pueblos indígenas resulta ciertamente complicado si tenemos en cuenta las premisas que inspiran el desarrollo de programas de RSC y la relación de los pueblos indígenas con las empresas extractivas. En cuanto a las premisas, al margen de concreciones conceptuales, que no pretendemos canalizar en las siguientes reflexiones, parece claro que la RSC es una forma de aplicar un plus normativo a las actividades de las empresas, que deciden autorregularse de forma más estricta de manera voluntaria. El libro verde de la Comisión Europea es claro al definir la RSC como «la integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con sus interlocutores. Ser socialmente responsable no significa solamente cumplir plenamente las obligaciones jurídicas, sino también ir más allá de su cumplimiento». Y precisamente es esta premisa normativa la que impide que entremos al debate de la RSC y los pueblos indígenas. En otros contextos la realidad será distinta, pero cuando hablamos de los pueblos indígenas no podemos pasar por alto el hecho de que muchos de los problemas que sufren los pueblos indígenas en relación al ejercicio de sus derechos humanos son producidos directamente por las empresas extractivas. Y esto es así debido fundamentalmente a dos cuestiones: los pueblos indígenas han estado y siguen estando excluidos y discriminados en sus sociedades, y los derechos humanos de los pueblos indígenas son contrarios a los intereses extractivos de las empresas y los Estados. Page 92

a) Connivencia de las empresas en la discriminación y exclusión indígena

La discriminación ha sido y es una constante en la relación de los pueblos indígenas con los Estados y con el resto de las sociedades. Esto ha generado una política permanente de exclusión y violación de derechos humanos que los Estados no han dudado en aplicar con relación a los pueblos indígenas siempre que lo han considerado necesario. Y, desgraciadamente, cuando lo han considerado necesario ha sido generalmente cuando los intereses extractivos se han encontrado con comunidades o pueblos indígenas en el camino. La discriminación de los pueblos indígenas ha llegado a manifestarse en su forma más cruel de exclusión total de la vida social y política de las sociedades occidentales llegadas a los territorios indígenas y de sometimiento a esclavitud, debido a la consideración que les daban de seres inferiores, de los que incluso se llego a cuestionar su condición de seres humanos (Martínez de Bringas, 2003; Williams, 2005)1. La situación de discriminación que viven los pueblos indígenas ha sido motivo de preocupación e indignación desde hace décadas. El famoso estudio del Relator Especial José Martínez Cobo sobre la situación de la discriminación de los pueblos indígenas fue contundente, al mostrar un panorama desolador en el que el racismo y la discriminación eran los elementos centrales. (Martínez Cobo, 1986/7). En el año 2001, coincidiendo con la celebración de la Cumbre Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y otras formas de Intolerancia, en la ciudad sudafricana de Durban, se abordó la cuestión de los derechos de los pueblos indígenas desde la perspectiva del racismo y de la discriminación racial. La Declaración y Programa de Acción se refirió expresamente a los pueblos indígenas reafirmando sus derechos. Se reconoció que los pueblos indígenas han sido víctimas de discriminación durante siglos y que son libres e iguales en dignidad y derechos y no deberían sufrir ningún tipo de discriminación, particularmente por su origen e identidad indígenas. Esta declaración insistió en la necesidad de tomar constantemente medidas para luchar contra la persistencia del racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia que les afectan, y en que para que los pueblos indígenas puedan expresar libremente su propia identidad y ejercer sus derechos no deben ser objeto de ningún tipo de discriminación, lo que necesariamente implica el respeto de sus derechos humanos y libertades fundamentales. (Stavenhagen, 2002).

Acompañando siempre a las situaciones de discriminación que viven los pueblos indígenas, encontramos siempre una violación sistemática de los derechos humanos más fundamentales. Desde la llegada de las diferentes oleadas de colonización los pueblos indígenas han sufrido constantemente la violación de sus derechos humanos más básicos, ya que desde sus distintos inicios el instrumento Page 93 corriente para enfrentarse a ellos era el de la violencia y el exterminio. La historia de los pueblos indígenas en los últimos siglos se ha convertido en un sinfín de historias de asesinatos, masacres, genocidios, torturas y desalojos forzosos, que todavía hoy se siguen produciendo en aparentes climas de impunidad y colaboración gubernamental. La lista de derechos humanos vulnerados constantemente que han acompañado siempre a la instalación de multinacionales en territorios indígenas y a los graduales procesos de colonización de sus territorios resulta increíble de creer en un mundo aparentemente convencido de la necesidad de otorgar a los derechos humanos un papel fundamental en el día a día. Derechos humanos tan básicos como el derecho a la vida, a no sufrir torturas, malos tratos o coacciones, a no ser discriminados, a la propiedad, a la salud, a unas condiciones de vida dignas, o a vivir en un medio ambiente sano, son algunos de los que los pueblos indígenas no pueden afirmar su pleno disfrute en prácticamente ninguna parte del planeta. Se puede afirmar que existe un cuadro recurrente de presuntas violaciones de los derechos humanos de los indígenas en todas partes, entre cuyos elementos destacan la expropiación de tierras, la reubicación, la discriminación, la violencia particular y colectiva contra los pueblos indígenas y la falta de servicios sociales. Entre las situaciones que se denuncia destacan la explotación minera y forestal que afecta al sustento de los indígenas, la inundación de territorios ancestrales indígenas a causa de proyectos con múltiples finalidades, la destrucción medioambiental a causa de la construcción de oleoductos y la violencia contra dirigentes indígenas que luchan por los derechos de sus comunidades. (Stavenhagen 2002; Hughes, 2004).

En esta situación de discriminación y violación de derechos humanos, las empresas extractivas han jugado un papel importante, impulsando en muchos casos la realización de acciones directas contra los pueblos indígenas y, en muchos otros casos, apoyando las acciones de los Estados que para responder a los intereses extractivos han llevado a cabo políticas y acciones de violación de derechos humanos de los pueblos indígenas. La tortuosa relación, que desde mediados del siglo pasado se agudizó, entre los pueblos indígenas y las corporaciones transnacionales ha estado siempre marcada por la situación de poder y de impunidad de la que han gozado dichas empresas, a pesar de que, ya desde los años veinte, organizaciones internacionales como la Organización Internacional del Trabajo se preocuparan por las condiciones de trabajo y de vida que les eran impuestas a los trabajadores indígenas2. Aun y todo, la expoliación realizada con total impunidad por estas empresas, conjuntamente con gobiernos y terratenientes, Page 94 a las culturas indígenas será tristemente recordada en el futuro cuando busquemos las causas de la violencia y agresividad con que han sido tratados los pueblos indígenas. Sus intereses particulares han motivado y orientado buena parte de las políticas indigenistas de la mayoría de los Estados durante casi todo el siglo XX, hasta que gracias a la resistencia y organización de los pueblos indígenas, y gracias también a la aparición y el posterior desarrollo de los derechos humanos, estas empresas han tenido que desistir o por lo menos suavizar sus políticas...

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