El agua como recurso

AutorJorge González González
Cargo del AutorDoctor en Derecho
Páginas25-32

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Los recursos naturales compartidos, especialmente el caso del agua, pueden llegar a constituirse en un tema de la más alta relevancia en las relaciones con nuestros países vecinos, considerando que uno de los efectos más visibles del cambio climático ha sido, precisamente, la alteración en los ciclos del agua, produciéndose, o largas sequías con consecuencias nefastas para las víctimas del fenómeno, o inundaciones igualmente catastróicas, producto de precipitaciones desmedidas que aumentan extraordinariamente los caudales, haciéndose imposible su contención dentro de sus cauces naturales.

A estas alteraciones climáticas debemos sumar la enorme contaminación de que son objeto las aguas como consecuencia de la acción del hombre y la falta de atención que se ha dado a esta situación, lo que afecta tanto a los cursos de agua supericiales como a las aguas subterráneas, que se entendían como la gran reserva del recurso, pero que hoy en día están igualmente afectadas.

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Estas circunstancias, que han sido preocupación de los organismos inter-nacionales desde hace algún tiempo, se han visto relejadas en la evolución del derecho internacional especial sobre la materia, particularmente en relación con los usos más fundamentales que pueden darse al agua. Así, recientemente en el seno de Naciones Unidas se han sentado las bases para el reconocimiento y consagración del acceso a un mínimo de agua limpia como un derecho fundamental de toda persona26.

3.1. El agua, recurso limitado, compartido e insustituible

El agua potable es un recurso cada vez más limitado y caro, cuyo consumo ha aumentado notablemente. En algunas regiones del planeta, ya de por sí conlictivas, su escasez podría ser una causa más de conlictos. Además, el agua es un recurso insustituible por sus propiedades y componentes, se caracteriza por su abundancia, aunque para los seres vivos, que no forman parte del ecosistema marino, esta abundancia es más aparente que real27.

En reiteradas oportunidades, los organismos de las Naciones Unidas lanzaron llamados de alerta al respecto. Sin embargo, como ocurre en otros temas, esta cuestión suele suscitar un interés transitorio, acaso por la diicultad de comprender la dimensión del problema. Esto implicaría la aplicación de políticas de Estado y de urgentes medidas en el plano regional.

Está comúnmente aceptado que una gestión del agua adecuada y sostenible se debe llevar a cabo mediante un enfoque integrado, que la evaluación del recurso es fundamental para que las decisiones se tomen de forma razonada y que la capacidad nacional para realizar dichas evaluaciones debe contar con un mayor apoyo internacional en el ámbito local. Los ríos y lagos cubren casi la mitad de la supericie terrestre, y casi la mitad de la población de la tierra depende de ellos como principal fuente de agua potable. Sin embargo, pueden también dar cabida a conlictos28.

En total hay 145 países que comparten sus fuentes de agua con Estados vecinos. Muchos países tienen, o tendrán, escasez de agua potable29. Sin embargo, la historia muestra que una gestión compartida de esas fuentes de

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agua puede llevar a tener relaciones pacíicas, acelerar el comercio interna-cional y crear empleo.

Un claro ejemplo es el caso del Danubio, es el río más compartido del mundo, pasa por trece países antes de llegar al mar Negro en Rumania. En los últimos ciento cincuenta años se ha notado una degradación continua de los ecosistemas tanto del Danubio como del mar Negro. Después del desmembramiento del bloque soviético, los países a lo largo del Danubio han cooperado en el monitoreo y mejora de la calidad y la cantidad del agua. Además, han instaurado un sistema de control de daños para minimizar los vertidos accidentales de productos químicos30.

Gracias a esas reformas y a importantes inversiones, la polución industrial, municipal y agrícola se ha reducido, eliminando virtualmente la peligrosa merma del oxígeno en la parte occidental del mar Negro, y generando signos medibles de la recuperación del ecosistema.

La recuperación del río Danubio y del mar Negro es solo un ejemplo que muestra los importantes beneicios medioambientales, socioeconómicos y polí-ticos que se pueden obtener a través de una cooperación entre muchos países en materia de fuentes de agua que pertenecen a varias fronteras.

Los cientíicos deberán poner su mayor empeño para evitar la muerte de la vida en el planeta. La vida en el planeta pende de un hilo. Nos estamos quedando sin reservas de agua potable. Más del 70 % de la supericie de la tierra está cubierto de agua. A pesar de su abundancia en los mares y océanos, el 97,5 % de toda el agua del orbe es salada, solo el 2,5 % es dulce.

De esta última cantidad, dos terceras partes están estancadas en las capas de hielo y glaciares. De la restante, el 20 % se localiza en áreas remotas, y mucha del agua llega de una manera que no la hace apta para el consumo, como, por ejemplo, en forma de inundaciones o de monzones31.

De esta forma, la raza humana tiene menos del 0,08 % del agua del planeta localizada en ríos, lagos y manantiales subterráneos, lo que signiica el total del agua potable apta para uso directo. Sin embargo, dado el ingente crecimiento demográico, las proyecciones estiman el aumento en el consumo en un 40 %, según indicadores de la ONU.

Hoy una persona de cada cinco en el mundo no tiene acceso al agua potable, y una de cada dos no tiene drenaje. Más de treinta mil niños mueren antes de alcanzar los cinco años, ya sea por hambre o enfermedades que podrían ser

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evitadas fácilmente con un...

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