El marco analítico: acumulación, ondas largas, regulación y crisis

AutorTomás Gutiérrez Barbarrusa
Páginas29-107

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1. Introducción: la interrelación entre los conceptos «estructura social de acumulación», «ondas largas», «modo de regulación» y «régimen de acumulación»

El capitalismo se caracteriza por ser un proceso continuo de transformación. En la actualidad, bailan realidades y conceptos tales como globalización, nueva economía, movimientos migratorios, precariedad laboral, neoliberalismo, pensamiento único, economía criminal, individualismo radical o revolución tecnológica. Estos son sólo algunos de los fenómenos que se entremezclan en un mare mágnum de difícil comprensión.

Los sociólogos buscan explicaciones a lo que se intuye como un cambio social en profundidad. Algunos de ellos definen la nueva situación con expresiones como modernidad líquida (Bauman, 2003), sociedad del riesgo (Beck, 2002), bienestar de bajo coste (Gaggi y Narduzzi, 2006), hipermodernidad (Lipovetsky, 2006) o sociedad-red (Castells, 2001). Como reconoce Richard Sennett (2006: 17) respecto de la actual pérdida de orientación, «el problema cultural fundamental (es) que la mayor parte de la realidad social es ilegible para la gente que trata de darle sentido». Sin embargo, el hecho de que las sociedades capitalistas vivan sometidas a un proceso de cambio continuo y, por tanto, confuso, no es algo nuevo. Ya Marx y Engels advirtieron a mediados del siglo XIX, a través de una formidable descripción de las transformaciones que sufría el capitalismo en el Manifiesto comunista, que:

La época de la burguesía se caracteriza y distingue de todas las demás por el constante y agitado desplazamiento de la producción, por la conmoción ininterrumpida de todas las relaciones sociales, por una inquietud y una dinámica incesantes. Las relaciones inconmovibles y mohosas del pasado, con todo su séquito de ideas y creencias viejas y venerables, se derrumban, y las nuevas envejecen antes de echar raíces. Todo lo que se creía permanente y perenne se esfuma, lo santo es profanado, y, al fin, el hombre se ve constreñido, por la fuerza de las cosas, a contemplar con mirada fría su vida y sus relaciones con los demás.

(Marx y Engels, 1987: 29).

Asimismo, que la acumulación sigue un trazado de fluctuaciones continuas también fue señalado por Marx en El capital:

La vida de la industria se convierte en una serie de períodos de animación media, de prosperidad, de superproducción, de crisis y de estancamiento. La

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inseguridad y la inconsistencia a que las máquinas someten al trabajo, y por tanto a la situación y la vida del obrero, adquieren un carácter de normalidad con estas alternativas períodicas del ciclo industrial.

(Marx, 1987: 376-378).

Una imagen similar fue expresada casi un siglo después por Schumpeter, cuando reclamó para la ortodoxia económica la noción de «destrucción creadora» como una característica intrínseca del capitalismo9:

La apertura de nuevos mercados, extranjeros o nacionales, y el desarrollo de la organización de la producción, desde el taller de artesanía y la manufactura hasta los concerns, tales como los del acero de los Estados Unidos (U. S. Steel), ilustran el mismo proceso de mutación industrial – si se me permite usar esta expresión biológica – que revoluciona incesantemente la estructura económica desde dentro, destruyendo ininterrumpidamente lo antiguo y creando continuamente elementos nuevos. Este proceso de destrucción creadora constituye el dato de hecho esencial del capitalismo.

(Schumpeter, 1996: 120-121).

Y a continuación aclara:

Estas revoluciones no son incesantes en un sentido estricto; tienen lugar en acometidas discontinuas, separadas unas de otras por lapsos de relativa calma. Sin embargo, el proceso en su conjunto actúa incesantemente en el sentido de que hay siempre o una revolución o bien una absorción de los resultados de una revolución, formando ambas cosas los llamados ciclos económicos.

(Schumpeter, 1996: 121, n.
2).

Más recientemente, el reconocimiento de que el proceso de acumulación y el entorno institucional que lo acompaña se ven sometidos a constantes vaivenes de tal forma que es posible periodificar, en función de ellos, la evolución del modo de producción capitalista (MPC) a lo largo de su historia, está recogido en el desarrollo de la idea de estructura social de acumulación:

Con estructuras sociales de acumulación queremos indicar el entorno institucional específico dentro del cual se organiza el proceso de acumulación capitalista. Tal acumulación tiene lugar dentro de estructuras históricas concretas:

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empresas que compran factores en una serie de mercados, produciendo bienes y servicios y vendiendo éstos en otros mercados. Estas estructuras están rodeadas por otras que afectan al proceso de acumulación capitalista: el sistema monetario y crediticio, el tipo de intervención estatal en la economía, la naturaleza del conflicto de clases, etc. A este grupo de instituciones lo denominamos la estructura social de acumulación. Nuestra atención a las ondas largas se deriva, en parte, de la hipótesis de que cada onda larga en las economías capitalistas va asociada a una estructura social de acumulación diferente. Estas estructuras sociales de acumulación definen etapas sucesivas del desarrollo capitalista.

Propondremos que las ondas largas y las estructuras sociales de acumulación son interdependientes, definiéndose una en función de otra en las economías capitalistas. Un determinado conjunto de instituciones genera un largo periodo de prosperidad al proporcionar un contexto estable y favorable para los capitalistas. Este contexto debe suministrarles unas oportunidades de inversión rentables y un entorno social estable en el cual realizarlas. El auge comienza a declinar cuando las oportunidades rentables asociadas a la estructura social de acumulación existente comienzan a agotarse. Aunque tales problemas pueden aparecer por una gran variedad de causas, haremos hincapié en los límites impuestos por la estructura institucional existente y en la disolución de su cohesión. Las ondas largas son en gran parte el resultado del éxito o el fracaso de la estructura social de acumulación en facilitar la acumulación capitalista.

(Gordon, Edwards y Reich, 1986: 25-26).

De acuerdo con la definición, cada estructura social de acumulación está formada, pues, por un conjunto de instituciones específicas abocado a favorecer la acumulación en un momento histórico concreto. Cada uno de estos momentos se corresponde con una onda larga, constituyendo etapas sucesivas del desarrollo capitalista. En este sentido, en esta tesis se sostiene que el reciente fenómeno de precariedad laboral en las economías occidentales es propio de la fase actual que atraviesa el MPC y deriva, de forma directa, de la configuración particular que ha adoptado la «relación salarial» (o la naturaleza del conflicto de clases) como forma institucional concreta en el vigente «régimen de acumulación» (o, si se prefiere, estructura social de acumulación); e, indirectamente, de la conformación de otras formas institucionales, tales como el «sistema monetario y crediticio», la «forma de competencia», el «tipo de intervención del Estado en la economía» o la «forma de adhesión de estas economías al régimen internacional». Este régimen de acumulación se desarrolla, a su vez, dentro de una onda larga que, conforme a la terminología schumpeteriana, se denomina quinta...

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