Prólogo

AutorLorenzo Morillas Cueva
Cargo del AutorCatedrático de Derecho Penal Universidad de Granada
Páginas17-22

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Una de las cuestiones más debatidas en el ámbito científico, con mayor proyección normativa desde perspectivas pluridisciplinares y de más intensa incidencia social es la relacionada con la seguridad vial. La sensibilidad ciudadana al respecto, las respuestas administrativas y jurisdiccionales, las propias y prolijas orientaciones comunitarias hacen del tema un punto referencial para la reflexión y el estudio con el objetivo de buscar verdaderas soluciones que, al mismo tiempo, sean respetuosas con los principios esenciales del Estado social y democrático de Derecho, fundamentalmente en su proyección punitiva, y sirvan de sólida base para la prevención de tales conductas, a veces derivadas en delitos cuyo fundamento tiene que estar suficientemente argumentado y diferenciado de otras hipótesis acogidas en los diferentes sectores del Ordenamiento jurídico, sobre todo en el administrativo sancionador.

Lo anterior no empece, sino todo lo contrario, la necesidad de políticas adecuadas en la búsqueda de opciones que logren una mayor y mejor seguridad vial, que diezmen los índices de siniestralidad, que hagan más seguras nuestras carreteras y nuestros vehículos y que conciencien a los conductores de la exigencia de una conducción adecuada. En definitiva, la ordenación de sistemas integrados que acojan el trípode equilibrador de una seguridad vial completa y no sectorialmente dirigida: conductor, vehículo e infraestructuras.

La cuestión no es fácil. Las numerosas normas reguladoras, las continuas reformas en los más diferentes ámbitos, la multiplicidad de conductas repetidas en la esfera administrativa y penal, con compleja concreción del principio non bis in idem rompedor, si realmente se aplica, de duplicidades sancionatorias, la utilización en el ámbito punitivo con excesiva generosidad de delitos de peligro abstracto o de figuras cuya ubicación más adecuada estaría en la legislación ad-

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ministrativa, hacen de tales formas un complejo conglomerado de variopintas acepciones a las que es necesario interpretar y valorar con la suficiente mesura, objetividad y precisión.

Y dicho esto, no voy a negar y menos en este Prólogo a una excelente obra que trata sobre un relevante delito de semejante naturaleza, la necesidad de que, en determinadas circunstancias, muy pocas, de grave conculcación del bien jurídico seguridad vial, haya que mirar hacia los resortes punitivos de nuestro Texto penal, pero siempre en la idea de un minimalismo en actuación, de acatamiento al objetivo de intervención mínima que ha de presidir la normativización del Derecho penal, con exclusión real de todo aquello que puede y debe ser reglado por el Derecho administrativo sancionador que, obviamente, también ha de estar avalado por los reiterados principios garantistas de nuestro Estado de Derecho.

De todos los tipos que acoge el actual capítulo IV del...

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