La pobreza en América Latina. Revisando mitos sobre la política social

AutorBernardo Kliksberg
Páginas79-109

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I América Latina en conmoción

Ante la evolución de las cifras económicas de la región en los años noventa, José Antonio Ocampo, secretario general de la CEPAL (abril 2003) señala: "Las expectativas que generaron las reformas orientadas a ampliar el papel del mercado en los procesos económicos han quedado insatisfechas en gran parte de la región." Llama a "incluir las implicaciones sociales en el diseño mismo de la política macroeconómica y de las reformas estructurales." Las más diversas fuentes han coin-cidido en destacar el cuadro de agudas dificultades y frustraciones. El prestigioso New York Times (Forero 2002) caracterizó la situación hace un tiempo indicando la existencia de un descontento generalizado, que los "sueños económicos se han transformado en despidos y recesión." Resalta: "millones están haciendo sentir sus voces... contra el experimento económico de la última década... Muchos creen que las reformas han enriquecido a funcionarios corruptos y a multinacionales de rostro desconocido y han fallado en mejorar sus vidas." En similar dirección ha señalado De la Torre (2001): "Las encuestas de opinión pública a fines de los años noventa demostraron que los latinoamericanos sentían que sus economías no marchaban bien, que su calidad de vida era peor que la de generaciones anteriores y que la pobreza alcanzaba índices sin precedentes." Mathews y Hakim (2001) describen la situación general en los siguientes términos: "a fines de los años noventa el futuro de América Latina aparecía sombrío en razón de cuatro grandes problemas: crecimiento lento e irregular, pobreza persistente, injusticia social e in-

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seguridad personal." Señalan que a lo largo de diez años los países "habían procurado aplicar con considerable vigor las diez políticas económicas que conforman el Consenso de Washington... pero los resultados estuvieron debajo de las expectativas y se hizo necesario un nuevo enfoque." La CEPAL (2002) se refiere al período de 1997 a 2002 como la "media década perdida para el crecimiento", con una reducción del 2% en el producto bruto per cápita.

Los análisis de muy diversas fuentes indican una América Latina en profunda conmoción. La evolución de los hechos ha generado fuertes protestas sociales en numerosos países de la región que toman formas diferentes de acuerdo con los contextos históricos. Sin embargo, existen al mismo tiempo datos esperanzadores. De acuerdo con las encuestas, a pesar de los graves problemas económicos, la gran mayoría de los latinoamericanos respalda firmemente el proceso de democratización emprendido por la región. En un mundo donde sobre 190 países sólo 82 son democráticos, América Latina aparece como una de las áreas del orbe con más avances en este campo. Los datos económicos críticos destruyeron buena parte de la "ilusión económica", pero no han doblegado la ilusión de la democracia. LatinBarómetro (2002) señala que lejos de caer en tentaciones autoritarias, en 14 países de la región el apoyo a la democracia creció a pesar de la crisis. Un caso muy significativo es el de la Argentina. Pese a los dramáticos quiebres económicos y sociales, el apoyo a la democracia creció. Un reclamo muy concreto parece surgir de estas tendencias. Los latinoamericanos, en amplias proporciones, no están pensando en dejar de lado la democracia, no están pidiendo menos democracia, sino más democracia. Una sociedad civil cada vez más articulada y activa está exigiendo real participación ciudadana en el diseño e implementación de las políticas públicas, transparencia, control social, profundizar la descentralización del Estado y metas semejantes.

Esa combinación, en una situación muy delicada, con la búsqueda afanosa de soluciones a través de la democracia, abre muy importantes posibilidades de acción para políticas renovadoras. Urge pensar en nuevas ideas en aspectos cruciales, entre ellos: ¿cómo diseñar políticas económicas con rostro humano, cómo articular estrechamente las políticas económicas y las sociales, cómo mejorar la equidad en el continente más desigual del todo el planeta, cómo llevar adelante alianzas virtuosas entre Estado, empresas y sociedad civil en todas sus expresiones para enfrentar la pobreza, cómo garantizar el fundamental derecho a la salud hoy debilitado? Un interrogante de fondo es cómo recuperar una reflexión que ligue ética y economía, iluminando desde los valores éticos el camino por seguir y recuperando la ética como un motor del proyecto de desarrollo.

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La política social es un actor estratégico del futuro en sociedades tan golpeadas por la pobreza. Si la sociedad en su conjunto tiene una visión apropiada de su rol, se adoptan las políticas apropiadas y se gerencia con efectividad, su contribución puede ser fundamental. Si por el contrario la visión es errónea y da lugar a políticas limitadas y aisladas, el deterioro social seguirá aumentando con riesgos graves de implosión.

Este trabajo tiene por finalidad concentrarse en la situación social y en ciertas visiones de la política social de amplia circulación y fuerte influencia que es imprescindible revisar para avanzar. Considera que muchas de ellas presentan mitos que traban muy fuertemente la adopción de la "política social necesaria" y aspira a ponerlos en foco y pensar en propuestas superadoras. El trabajo recorre para ello tres etapas sucesivas. En primer lugar, construye un cuadro básico de problemas sociales delicados que afronta la región. A continuación, presenta varios mitos de amplia difusión, tratando de mostrar algunos de sus impactos regresivos sobre la política social. Finalmente, extrae algunas conclusiones hacia el futuro.

II Algunas tendencias preocupantes en el campo social

La protesta social en crecimiento en América Latina tiene bases muy concretas. Las tendencias observables llaman a profunda inquietud e implican serias dificultades en aspectos clave de la vida cotidiana para grandes sectores de la población. Entre ellas se destacan las que se presentan resumidamente a continuación:

La pobreza crece

Según el Panorama Social de la CEPAL (2002) la población ubicada por debajo de la línea de la pobreza representaba el 41% del total de la región en 1980, cifra muy elevada en relación con los promedios del mundo desarrollado y de los países de desarrollo medio. Portugal, el país con más pobreza de la Unión Europea, tiene un 22% de población pobre. La cifra empeoró en las dos últimas décadas y el porcentaje de pobreza latinoamericano pasó a significar en 2002 el 44% de una población mucho mayor.

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Cuadro 1

Evolución de la pobreza en América Latina, 2000-2002 (porcentaje de la población)

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** De 2000 a 2002 se generaron 15 millones de nuevos pobres.

Las estimaciones nacionales indican que la pobreza tiene una alta presencia en toda la región con muy pocas excepciones. En Centroamérica son pobres el 75% de los guatemaltecos, el 73% de los hondureños, el 68% de los nicaragüenses y el 55% de los salvadoreños. Es pobre el 54% de la población peruana, más del 70% de la ecuatoriana, el 63% de la boliviana y se estima que más del 70% de la venezolana. En México es pobre actualmente el 54% de la población (The Washington Post, 2003) y se halla en pobreza extrema cerca de la mitad de esa cifra (24,2%). En Brasil se estima que 44 millones de personas están en extrema pobreza y ganan menos de un dólar diario (Projeto Fome Zero, 2001). Argentina es un caso muy ilustrativo de las dificultades de la región. Un país que tenía, a inicios de los años sesenta porcentajes menores al 10%, pasó a tener en 2002 un cuadro de extrema gravedad, como puede apreciarse en las cifras siguientes generadas por su sistema oficial de estadísticas sociales:

Cuadro 2

ARGENTINA: Pobreza e indigencia. Años 1998 y 2002 Oct. de 1998

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Fuente: Presidencia de la Nación, Consejo Nacional de Coordinación de Políticas, Sociales, Sistema de Información, Evaluación y Monitoreo de Programas Sociales, Siempro (www.siempro.gov.ar/default2./htm), 2002.

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Como se observa, más de la mitad del país pasó a ser pobre y la calidad de la pobreza se ha deteriorado fuertemente. Los pobres extremos representan una proporción importante de la pobreza total. Las cifras para los jóvenes son mucho peores. Las estimaciones de mayo de 2003 señalaron un 54,7% de la población en pobreza (una mejora respecto del 57,8% de diciembre de 2000).

Sin trabajo

La encuesta LatinBarómetro 2001 preguntó a los latinoamericanos cómo estaban en materia de trabajo. El 17% contestó que no tenía ningún trabajo y el 58% que se sentía inseguro respecto de si podrían mantenerlo. Tres de cada cuatro tienen importantes dificultades de trabajo. Las cifras estadísticas testimonian la fragilidad del mercado laboral. Según los datos de la CEPAL, el total de desocupados pasó de 6 millones en 1980 a 17 millones en 2000. Se estima que la tasa de desocupación abierta actual de la región supera el 9%. A ello se suma una tendencia alar-mante. Ha crecido muy fuertemente la población empleada en la economía informal, en ocupaciones en su gran mayoría precarias. En 1980 representaba 40% de la mano de obra...

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